martes, 26 de abril de 2011

DE BRUCES SOBRE LA REALIDAD















El domingo celebramos en casa el Día de la Madre. El padre de la criatura no cayó en que el 1º de mayo será, además del Día del Trabajador, el Día de la Madre, y ha tenido a bien reservar una casa rural. Cuando se lo comuniqué a mi cachorra, abrió los ojos con desmesura (como suele hacerlo todo) y dijo a gritos: ¡¿y qué hago yo?! (en realidad creo que quería decir: ¿qué hago el día de la madre sin madre?). En seguida la tranquilicé proponiéndole el domingo de resurrección como fiesta alternativa: "Cariño, en casa podemos celebrar el Día de la Madre cuando nos salga de las narices". A ella le encanta que nos saltemos las normas, de hecho se las saltaría todas todo el tiempo si se lo permitiera. Y cuando soy yo la que se salta algo, la sonrisa le llega de oreja a oreja, pero dando la vuelta completa a la cabeza.
Total, que el domingo vagueamos a placer y conseguimos salir de casa a eso de las siete y media de la tarde y nos fuimos a patinar. ¡Bendita la hora!
Si mi amigo Daniel ha decidido que tiene 26, yo he decidido tener 37. Cogí mis in-line, con un par, y nos fuimos a Madrid Río, que es lo último en inauguraciones. Como hacía lo menos dos años que no cogía los patines iba bastante insegura, por decirlo suavemente, y el paseo del río estaba como la Gran Vía en hora punta. Así que cada vez que cogíamos una leve pendiente, me moría de miedo, pensando que no podría esquivar a los viandantes.
Además de adolescentes y familias con bebés, suele haber grupos de personas mayores que se empeñan en jugar a tapar la calle y van en fila de a 6 taponando el camino. De repente, debajo de un puente, aparece un ser diminuto con un pequeño monopatín y gafas microscópicas. Le veo venir sin rumbo fijo acercándose cada vez más peligrosamente hacia mí, y creo que ejerzo la ley de la atracción, pero tal cual, porque me veo a mí misma cayendo sobre el pobre niño, que no tendría más de dos años. Así que, efectivamente, como había imaginado en mi visión premonitoria, el niño se mete entre mis piernas, y como a mí me ha dado pavor frenar desde pequeña (que ya me iba estampanando contra los árboles, antes que frenar con la bici), me tiro al suelo para evitar que el diminuto acabe convertido en una calcomanía. El niño se pone a gritar como un energúmeno, y yo flipo en colores porque no le he tocado. La madre sospecha que se ha asustado porque cree que me ha tirado él. Y... efectivamente. Cuando le digo que me he tirado yo porque no se me da bien frenar, calla en seco (a mí me alucina la capacidad que tienen los niños para empezar y terminar los berrinches, ¡es como si tuvieran un interruptor!). Me levanto y mi hija dice: "¿Quieres que paremos ya?". Pues mira, sí, porque voy acojonada y creo que deberíamos practicar en un sitio donde no haya gente, antes de volver a esta marabunta descontrolada y anárquica.
Bueno, pues para las que lo celebréis cuando lo marca el calendario: Feliz Día de la Madre. Espero que no se desparramen muchas bandejas en las camas.

domingo, 24 de abril de 2011

CRÓNICAS MURCIANAS. TEMPUS FUGIT















¿Por qué una semana de vacaciones pasa 100 veces más rápido que una de trabajo? No lo sé, es un misterio, pero así es. Y también es cierto que después de una semana de tiempo cambiante con chaparrones intermitentes, el día que decides volver, sea cual sea, amanecerá con un sol radiante para que te dé una pena horrible dejar la playa. Pero, en fin, la vida sigue y hay que volver y poner lavadoras. ¿Cómo es posible que dos personas que van a pasar una semana en una casa equipada puedan llevar tantos bultos? No lo sé, es un misterio, pero así es.
¿Qué hemos aprendido de esta semana? Que Katia, después de investigar en Internet sobre las Vírgenes de los dos pasos, estableciendo una serie de parámetros como cara, corona y no sé qué más, ha decidido que es del Paso Azul, lo que supondrá un gran soponcio para su abuelo en cuanto se entere porque él ha sido siempre del Paso Blanco. Que las manifestaciones religiosas de estos días son más artísticas que religiosas y se trata más de un espectáculo visual que otra cosa. No dudo que haya gente que se dedique a recordar algo que suponen que ha pasado en sus iglesias, pero estoy segura que son los menos, los más van a ver y dejarse ver. Es una fiesta y punto. Pero, mira, si sirve para que gente que hace mucho que no se ve se reencuentre y tomen unas cervezas a la salud de "la más guapa", pues bienvenido sea.
Y por último, hemos confirmado que en Águilas sólo llueve cuando vamos nosotras. Como se enteren los agricultores nos contratan.

viernes, 22 de abril de 2011

CRÓNICAS MURCIANAS. SOBRE RUEDAS
















Por si alguien no se ha enterado, el miércoles hubo un partido de fútbol. Uno de los cuatro o cinco partidos del milenio que va a haber en un mes. Yo quería que ganara el Barça aunque a mí el fútbol me parece un peñazo insoportable. Pero Guardiola me encanta y está como un queso de bola. Sin embargo Mourinho es un pedante y tiene cara de úlcera de estómago. En lo que a nosotros nos afecta, el día de partido gordo es un día en el que la gente queda en casa a verlo y pide pizzas para cenar. Así que se presentía que La Charica iba a estar desbordada. Y encima les fallaron las tres personas que suelen ir a ayudar los fines de semana, que es cuando hay más movimiento, así que llamaron a teleniños. Y como yo acababa de llegar a Lorca, allá que nos fuimos. Sólo eran dos, tres con la mía, pero aquello parecía un regimiento. Para empezar Mario va en silla de ruedas y para meterla en mi coche tuvimos que quitarle las ruedas a la silla y la bandeja al coche. Todo el centro estaba patas arriba con las carrozas de las procesiones y mi copiloto, Ascen, es la versión lorquina de mí misma. Vamos, que tuvimos que parar a preguntar por dónde se iba al Ayuntamiento (me dijo que no lo contara, pero como ya lo ha contado ella misma...). Cuando por fin encontramos una plaza para minusválidos, estaba aparcando un señor, que también tenía tarjeta. Así que lo dejamos en una descarga de 15 minutos. Si os habíais preguntado alguna vez si es necesario que tengan plazas reservadas, ya os lo digo yo, SÍ! Bien es cierto que Ascen y yo no hemos sido especialmente dotadas para las labores manuales, pero vamos, eso de que lo de las ruedas es supersencillo, se mete y ya está... Y el otro gritando desde el coche como diciendo ¡vaya par de inútiles, po' sacarme ya de aquí pijo! Y a nosotras que nos da la risa floja y no hay forma humana de meter la segunda rueda. Y llega una vecina alertada por el escándalo porque no había nada mejor que hacer, que ya estaba todo el mundo como rezando delante de la tele. Total que al final se llevan al pobre niño andando con grandísima dificultad mientras nosotras nos rendimos y entramos con una rueda en la mano. No sé quién la puso al final, pero la que se termiró sentando fue mi hija, como siempre, mientras yo jugaba con Mario a las tres en raya para que no se diera cuenta. Blanca y Katia se declararon la guerra porque las dos son Mazuecos hasta las trancas, y los chicos veían el fútbol cabreados porque el Madrid no metía goles, que han decidido que a los catalanes hay que bajarles los humos, como si fuera cuestión de humos. En fin, un circo.

miércoles, 20 de abril de 2011

CRÓNICAS MURCIANAS. TORRIJAS


















Una vez medio recuperadas del letargo provocado por estar al nivel del mar, empieza a llover. ¡Fantástico! Y yo con sandalias y manga corta. Cuando era pequeña, decretaba el inicio de la primavera como a finales de marzo. Entonces me quitaba los calcetines y ya no me los volvía a poner. Mi madre me perseguía gritando: ¡Qué os creéis que porque vayáis desnudas va a venir el buen tiempo! La respuesta era y es sí. Menos mal que me había traído las zapatillas de deporte para caminar sin parar.
Visto que parecía que no iba a abrir el cielo nunca, mi hija me dice: ¡Mamá! ¿por qué no hacemos eso que se hace en Semana Santa? Por un momento creí que se refería a salir en procesión. Katia es morita, como decía mi abuela, y la primera vez que vio un Cristo crucificado en alguna celebración familiar siendo pequeñita, paró en seco delante se quedó mirando hacia arriba con cara de pavor y alucinó pepinillos. Pero no, no se refería a las procesiones, sino a las torrijas. "Bueno, vale, pero las hago al horno, porque te conozco y al final seguro que me las tengo que comer yo". Se lo cuento a mi tía, que hace unas torrijas de muerte, y pone una cara muy rara. Normal. Las hicimos. Y no son lo mismo, pero, oye, se dejan comer, y para un ataque de hipoglucemia...
Mi hija tose como un perro ronco y silba al dormir. Y es que, siguiendo la tradición que ignora de su madre, ha decretado el inicio de la primavera y va en pelotas. Y ahora... ¿qué demonios le digo?

CRÓNICAS MURCIANAS. TENGO SUEÑO TODO EL RATO











Siempre que llego a la playa me da un sueño de muerte. Me levanto, desayuno en la terraza mirando al mar, que me parece un lujo asiático, y acto seguido me tumbo en el sofá y echo la siesta del carnero, o del canónigo, o como quiera que la llaméis en casa. Tras sobrevivir el domingo con mis amigas las de los pollos asados (que hacen unos pollos a los que sólo ponen sal y una ramita de romero... o tomillo -que no los distingo bien- en la barriga y están de muerte), vamos a Lorca a visitar a la convalenciente y, como no habíamos avisado, nos da plantón. Está la tipa por ahí de picos pardos, maravillosa de pies a cabeza, como es ella. Vamos que cualquiera diría que acaba prácticamente de salir del quirófano. Así que tenemos que ir a verla a un garito del centro y estando allí sentadas, pasa un Cristo con las palmas del domingo de ramos cargado por un montón de chicarrones del Paso Blanco. Visto por alguien que jamás haya oído hablar de ello, parece un poco surrealista, pero allí apenas se levanta la vista del poleo y se comenta "¡Ah, mira ya pasa el trono!", y punto pelota.
Cenamos en una pizzería muy recomendable La Charica, y no es porque sea de mis primos, es que Chari tiene una mano para la cocina que lo flipas. Hay que decir que lleva toda la vida ayudando a sus padres en el negocio familiar, pero ha sabido darle una vuelta y ha puesto una pizzería super coqueta, como es ella, con detalles como vinagres de todos los aromas que se te puedan ocurrir (incluyendo el higo, con perdón). Chari, que es super femenina, sólo tenía chicos, y siempre estaba con la canción: "¡Ay, a mí me gustaría tener una nena, pa' ponerle sus horquillicas y sus cosicas", y llegó Blanca que merece post aparte, porque con 3 o 4 años que tiene (no me acuerdo bien) le dice a su madre: "Mamá po' vete tu que ya me quedo yo con ló clienté", y lo bueno es que lo hace, se planta el delantal y va por las mesas preguntado qué tal todo.
Así que, entre pitos y flautas, nos acostamos tarde otra vez, y el lunes salimos a comprar provisiones a las dos del mediodía. Cuando estoy empezando a sentirme culpable recibo una llamada de mi amigo Lucas, que es justo lo que necesitaba, porque considera que las vacaciones son para no tener normas ni horarios ni calendarios... ¡Fantástico! Y eso que el pobre no está pasando su mejor momento, pero cuando le pregunto cómo estás y me contesta pa' comerme, sé que todo está volviendo a su ser.
Después de comer, siesta, por supuesto. Y justo cuando nos decidimos a salir a dar un laaaargo paseo, empieza a llover. Definitivamente, los elementos están contra mí.

lunes, 18 de abril de 2011

CRÓNICAS MURCIANAS. ABRIR LA CASA
















Tener una casa muy lejos de tu ciudad es un peñazo. No la disfrutas mucho, la verdad. En realidad no es mía, es de mis padres, y tiene el aliciente de que allí están todos mis primos y tiene mar. Y, claro, el mar está donde está y si quieres peces te tienes que mojar el culo.
El caso es que cuando la casa te pilla lejos, no puedes ir para un fin de semana, porque te lo pasas limpiando, y para eso te quedas limpiando tu casa casa...
Para una semana, ya la cosa va cambiando, pero ése primer momento de abre la llave del agua, la luz y el butano... El butano me tiene amargada. Tarda una eternidad y media en llegar a la caldera y tienes que estar vigilando, porque imagínate que se te olvida y a mitad de la noche salta una chispa y sales volando por los aires. Así que, como mi retoño y yo somos más bien de biorritmo lento, salimos de Madrid tirando a tarde y llegamos a Águilas a las once y media de la noche. Ponte a hacer camas, encender, subir persianas... y las cocacolas que te tomas para conducir que te dan las tres de la mañana con los ojos como platos. Esto quiere decir que has perdido el siguiente día, porque te despiertas con la luz, que mezclada con el runrún de las olas, no siempre sale ganando. Len-ta-men-te vas consiguiendo pasar la aspiradora y la fregona. Los cristales, creo que van a aguantar hasta el verano, y la vajilla, según se vaya usando. Bueno, nena, en marcha, vamos a dar un paseo... Bueno, vale, primero una siesta.
¡Vaya vacaciones!

domingo, 17 de abril de 2011

PROCESIONARIAS













Mirando al mar todo parece insignificante. Aunque no puedo dejar de pensar en cuánto tardarán en llegar aquí las aguas tóxicas. Cuándo saldrá el primer pez espada con cuatro ojos y dedos de pie en las aletas. Porque ¿quién le pone puertas al mar?
Justo antes de salir por patas de esa agobiante ciudad en la que habito, se había montado un pollo alrededor de las procesiones de Semana Santa. Debo decir que he ido a un colegio de monjas, como la mayoría de los baby boom de familia media de bien sin antecedentes de izquierdas. En casa se oía hablar del tío Sastre (en realidad ésa era su profesión, pero nunca me enteré bien de su nombre). Creo que era primo de mi abuela y era rojo. Vamos, de la piel del diablo. Y mi abuela que era muy religiosa, pero de las de verdad, le ayudaba a quemar octavillas en la estufa de casa, para que no le pillaran, una vez terminada la guera. Teniendo en cuenta que mi abuelo era guardia civil y vivían en un cuartel, no deja de tener gracia. Una de las cosas que más siento, es no haber empezado con este blog antes de que mi abuela muriera, porque contaba unas historias de la guerra que ya nunca serán contadas... ¡Siempre tarde!
En fin, que me desvío. Quiero decir que yo soy de esos niños a los que prohibían cantar en semana santa. Todavía recuerdo la música clásica en la radio (¡Dios, parece que hace cien años y en realidad no hace tanto!... ¿o sí?) De todos modos, al que le parezca que hablo del pleistoceno, como todos mis amiguitos treintañeros, que no se hagan los listillos porque en menos de lo que piensan les veo rezando el ángelus en las estaciones del Metro de Madrid justo a mediodía.
Total, que parece ser que han denegado la solicitud de procesión laica de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores. Y no tengo claro qué pensar libremente respecto a esto, a pesar de tener muy claro que las procesiones son un circo. Que este país se siga considerando mayoritariamente católico cuando el 90% de los católicos van a la iglesia tres veces en su vida y una después de muertos (bautizo, comunión, boda y funeral), es un disparate. Pero a la Iglesia Católica, lo único que le interesa es el censo, lo de la salvación de las almas es algo anecdótico, que queda estupendo en los estatutos de su asociación, y que además algo tendrá que ver en la cuantía de sus subvenciones, porque si no, es incomprensible. Así que no sé si está bien pedir una performance idéntica a la suya. Igual lo que ha fallado ha sido la terminología. A lo mejor los ateos deberíamos hacer batucadas... O, mejor aún, concentrarnos en conseguir que por fin este estado sea laico de verdad.

ÑUS Y CHACALES















El redactor es el enemigo natural del realizador, como el chacal lo es del ñu. Odio a los plumillas como casta. Son seres, en general, bastante ignorantes, que se permiten opinar sobre cualquier tema, sepan o no de lo que están hablando. Aunque la mayoría escribe de pena, no les basta con eso, y ahora se dedican a creerse realizadores o, incluso, montadores. Y al igual que se consideran estupendos escritores (oh my God!), todos creen que son Eisenstein. Les han enseñado a pegar cuatro planos, en la actual campaña de las empresas audiovisuales de amateurización de los medios, y van de artistas integrales. No entiendo muy bien por qué en el 98% de los casos el director de un programa de televisión debe ser un redactor. A veces, ni siquiera ha pasado por una Escuela. Ha perseguido celebrities una temporada a pie de Ave, se ha hecho notar por cualquier casualidad del destino y... "voilà!" ahí lo tenemos, a pie de plató, metiéndose en el trabajo de todo el mundo justificadísimamente porque consigue sentar personajes de gran altura intelectual en tertulias de gran cantidad de decibelios.
Hay otro perfil, y es el del becario baboso, que según ves entrar sabes que se va a dedicar a chupar moquetas y será jefe de redacción en lo que canta un gallo. Ése es peor, porque no ha trabajado nunca, ni tiene intención de hacerlo. Suele apuntarse los méritos de los demás y les compensa haciéndoles culpables de sus propios errores.
Estando la cosa como está, sólo puedes aspirar a irles esquivando y conseguir trabajar con gente medio normal que entienda dónde están los límites y deje que los demás cumplan su cometido interrumpiéndoles lo menos posible. Eso, hoy por hoy, es prácticamente imposible en un control de realización. La próxima vez que uno de estos idiotas me toque los cojones, le siento en mi silla y me pongo a vociferar a sus espaldas, para que tome un poco de su propia medicina.
¡Hala! Ya me he quedado bien a gusto.

sábado, 9 de abril de 2011

LA NIÑA QUE LEVITA













A Iris suelo llamarle otras cosas: pequeñita, chiquitita, XS. La primera impresión que te da es de fragilidad e inmensa paz, pero no os dejéis engañar. Sólo hay que verla pasear al perrazo musculoso que tiene (que no sé exactamente de qué marca es, pero primo de un boxer, seguro). De frágil nada. A Iris la vida le dio uno de los mazazos más gordos que te puede dar hará dos años este verano. Yo en realidad estaba más cerca de la edad de su madre que de la suya, pero el caso es que somos amigas. Y he visto cómo ha llevado esto que a cualquiera hubiera dejado hecho un trapo, y la pequeñita tiene unos ovarios, que el día que se ponga a parir va a tener un armario de tres cuerpos.
Yo envidio a XS mogollón. Ya sabéis que lo que más envidia me puede dar en el mundo es una delgada con un buen saque. Porque a mí esas que sólo comen lechuga, más bien me dan pena. Pero Iris come como un sargento de caballería. Eso sí, se le hincha la tripa en cuanto acaba el primer plato, aunque aguanta hasta el postre como una leona.
Así que cada vez que hago cuscús, como ponga lo que ponga me sale un pozal enorme, le doy un toque para que se coma la mitad (creo que en eso le ayuda un poco su chico), y así ha sido. Ha venido con su mochila y un recipiente, arreglá pero informal. Y encima me ha traído dos mangos. Hemos estado un ratillo de terapia y se ha ido más contenta que unas castañuelas. Y yo, sólo de imaginármela relamiéndose con el cuscús, estoy como si me lo comiera yo misma, pero sin engordar.
Iris, preciosa, ¿te he dicho últimamente que te quiero?





Nublo, el primo perruno de Zumosol



viernes, 8 de abril de 2011

ANUNCIO POR PALABRAS
















Busco hombre heterosexual para sobrevivir a la primavera. Se realizarán actividades lúdicas (incluyendo sexo) en fines de semana alternos. Ninguna intención romántica. Debe ser feapo (para los no seguidores del clan manchego de Reyes, un ejemplo de feapo sería Javier Bardem, que evidentemente es feo, pero muchas encuentran guapo), con conversación entretenida (aunque si es un animal sexual, podemos pasar eso por alto), gran sentido del humor (la excepción anterior también sirve para este punto) y ninguna gana de complicarse la vida.
Para que luego digan que lo ponemos difícil.
La primera y única prueba para considerar su solicitud: ser capaz de ponerse en contacto conmigo vía privada.
Imprescindible foto (mías hay muchas)
Absténganse inexpertos.

(No es necesario ni que se aproxime a la foto, pero ¡qué demonios! si ése bombón me llama, le atiendo seguro)

jueves, 7 de abril de 2011

NI PUTA GRACIA (Bendito sea El Mundo Today)

















De verdad que lo siento, pero es que no se me ocurre nada gracioso tal y como está el patio. Japón ha pasado directamente a segundo plano. Esta mañana he oído desayunando las últimas cifras y me ha dado la impresión de que estamos empezando a insensibilizarnos, al menos yo. 10.000 muertos. 16.000 desaparecidos. Y sigues tomando la tostada con mermelada sin azúcar. Un impresentable ha escrito en un periódico, que no sé por qué la gente se sigue molestando en hojear, que una chica embarazada de otro que no era su novio se merece la muerte que ha tenido pero multiplicada por diez, para igualar al menos el gran disgusto en el ego del cabestro. Portugal finalmente admite que está pa' los leones, y permite que el Fondo Europeo le eche una mano. El próximo que la cague ya no tiene fondo alguno que pedir. La ministra de Economía dice que nosotros vamos bien, dentro de la coyuntura, así que agarráosla con las dos manos. El precio de la gasolina vuelve a subir...
En fin, creo que lo mejor es dedicarse a leer "El Mundo Today", ellos sí que tienen fuerza para buscarle la gracia al mundo, porque yo, ya os lo digo, no se la veo.

LA CRIATURA QUIERE LA NUEVA CONSOLA DE NINTENDO

Un niño suspende una pataleta por falta de público

martes, 5 de abril de 2011

FLOTANDO













Así nos hemos pasado el fin de semana. Unas veces por los vapores etílicos, otras por el maravilloso manoseo de profesionales de las ciencias etéreas y otras para huir mentalmente de los frikis trascendentales. ¿Os preguntáis qué hace la gente rara los sábados por la mañana? Algunos pasean al perro y recogen sus cacas con devoción, observando color, olor y textura. Pero otros se van a la montaña a aprender remedios caseros ayurvédicos. Claro que lo mismo pensarían de nosotras. A ver qué pintaba allí un grupo de locas de todo pelaje: solteras, casadas, divorciadas, amancebadas, madres de adolescentes, preadolescentes, bebés, fumadoras, exfumadoras, no fumadoras, de la xs a la xxl pasando por todas las tallas, todos los colores de pelo, todos los humores... y con una sóla cosa en común: unas enormes ganas de dejarse mimar y huir un poco del mundo.
Así que empezamos el día comiendo el higo de Daniela, que tiene una piel maravillosa, pero creemos que no disfruta lo suficiente. Previamente Carmen había derramado el agua caliente, hervida a fuego muy lento durante 15 minutos, y ligeramente aromatizada con un poco de jengibre fesco. Nos confirmaron que el microondas es muy muy malo, pero eso lo dice todo el mundo, no hace falta ser ayurvédico para saberlo. Lo que ya nos dejó ojipláticas del todo es saber que el frigorífico lo mata todo. Ya ves tú. Creíamos que mataba sólo los bichos que provocan la putrefacción de los alimentos, y resulta que se carga también sus propiedades... ¡vaya por Dios! Así que María ha decidido que nos deshagamos de los frigoríficos y los convirtamos en vestidores (el mío no da para tanto, ya os lo digo).
Nos enseñan una receta sanísima que tiene todos los ingredientes que necesita un cuerpo humano para estar perfectamente alimentado y nutrido: kichari. Todo el mundo apunta muy interesado y hace preguntas absurdas que alargan la charla una hora ("No lo entiendo. No entiendo por qué dices que el zumo de naranja no combina con la nata de tu higo, Daniela"). Daniela la mira con cara de "¿y entiendes que si no respiras te mueres, pedazo de zote?". Pero no se lo dice, porque Daniela no come carne, viste de blanco, lleva el pelo al dos y es super zen. En lugar de eso le da una explicación complicadísima sobre la acidez de los alimentos y los fluidos gástricos... Total que salimos de ahí y nos metemos en "La Gamba Roja" a practicar completamente la dieta Ayurveda: pierna y paletilla de cordero y entrecot.
Y luego salimos zumbando a recibir nuestros maravillosos tratamientos, porque los spa son superestresantes. Todo el mundo quiere descansar tanto y tan deprisa que se apunta a mil actividades relajantes que, todas juntas, provocan estrés. Menos mal que llevamos a la pequeña Iris que nos recuerda continuamente que hemos ido a tomárnoslo todo con calma. Como yo he hecho la reserva, todos los tratamientos están a mi nombre, y aprovechamos para montar escándalo también con eso. Los señores de negro que dan los masajes nos miran con cierta desconfianza. Al contrario del resto de semovientes de la sala de espera, parecemos estar realmente vivas, así que parecen alegrarse cuando les toca con alguna de nosotras.
Cuando acabamos los masajes tenemos cara de lelas... igual es que los demás vienen mucho. Iris decide que hay que respirar aire puro, y, como no queremos contrariarla, salimos a dar un paseo. Vemos un montón de casas que parecen hórreos gallegos (parece ser que los hórreos son gallegos, aunque yo creía que eran también asturianos) y volvemos justo para ir a cenar. Vacilamos al camarero, que por la mañana fue antipatiquísimo ("por favor, no me manchen el mantel") y a esas alturas ya comía de nuestra mano, porque somos supermajas. Después de cenar hacemos botellón en la habitación. Bueno botellón con estilo, compramos rioja y vasos de chiquito de cristal, porque nosotras no bebemos vino en vaso de plástico, ¡menuda ordinariez!... y chocolate de varios tipos (blanco, negro, con leche...) Sólo nos faltó el higo de Daniela para terminar la fiesta por todo lo alto. Nos reímos como descosidas, porque nada como que esté prohibido hablar alto para que te den ganas de cantar la Zarzamora. Cristinita no hacía más que repetir "si no hay nadie al lado", y me encontré a nadie por la mañana, fumándose un pito en la terraza común cuando pasaba yo con mi toalla, arreglá pero informal, para despertar a la mitad de la expedición para el desayuno.
Terminamos la fiesta con un circuito termal (maravilloso) y una flotación (horrenda) que nos podíamos haber ahorrado, porque nos dejó el estómago revuelto y dolor de cervicales. Menos mal que no hay nada que no pueda arreglar una buena tienda de souvenirs.
Total, chicas, que me lo he pasado como los indios, pero la próxima vez, nada de flotar y más masajes.
Por cierto, el higo de Daniela es tan hipercalórico que sólo una de nosotras puede tomarlo a dirario, y, desde luego, no soy yo.