Ha venido usted a mi casa, de visita, en calidad de pastor de rebaño, y se ha dedicado a decir lindezas del primer al último minuto. Dé usted gracias a su Dios de que nuestros políticos están demasiado ocupados, no sabemos muy bien en qué, y no han llegado al centro de la cuestión. Y la cuestión es que si este país es laico, no entiendo por qué subvencionamos su rebaño y no otros que lo pueden merecer igual, o ninguno, y que cada palo aguante su vela.
Si se dirigiera sólo a sus ovejas, sería estupendo, aunque creo que debería vigilarlas más de cerca porque tiene muchas descarriadas. Porque, cuando usted habla de no robar, ¿a qué se refiere exactamente? ¿incluye lo de pagar sueldos míseros para que los trabajadores vuelvan a ser esclavos? ¿o lo de llevarse la pasta a paraísos fiscales para no pagar impuestos? ¿y lo de inflar las facturas que pagan sus visitas a nuestro país? Usted y su rebaño tienen un montón de problemas psicológicos, porque establecer unas normas que se saltan según cómo, no es nada fácil, sobre todo si tienes que acallar conciencias. ¿No era que ustedes se casan hasta que la muerte les separe? ¿Cómo explica entonces las anulaciones eclesiástica previo pago de su importe? Si un solo matrimonio eclesiástico se anula con sus bendiciones, esa norma la han mandado ustedes mismos al carajo sin miramientos y se abre la veda. Aquí, o follamos todos o se tira la puta al río. ¡Uy, perdón, qué boquita! Pero ya que estamos en faena: ¿Qué problema tienen con el sexo? ¿No se da cuenta de las perturbaciones que causa la abstinencia en su rebaño? Que no había usted todavía aterrizado en Roma, cuando encontraron un nuevo arsenal pornográfico en otra sacristía. ¿No sería más sano que sus pequeños pastores pudieran tener relaciones normales, monógamas si se pone usted tan quisquilloso, y buenas familias? ¡y no tanto "sobrino" de cura desubicado! Que a ver si salen ya todos de una vez del confesionario y simplemente reconocen lo que en todos los pueblos de España no es más que un secreto a voces.
Y ahora pasemos a mi tema favorito: el papel de la mujer en el universo. Es usted tan de nuestro tiempo que ahora nos manda a fregar, pero después del trabajo. ¡No me joda, santo pastor, con la que está cayendo! Si sus monjas están encantadas con fregar altares y coserles las sotanas, me parece fenomenal, pero a la sociedad civil, si es usted tan amable, me la deja en paz. Porque si sigue diciendo las tonterías que dice en voz alta, se van a cumplir sus propias profecías y lo de "los años treinta" va a parecer un juego de niños comparado con la que se le puede venir encima.
Bueno, pues nada, espero que le vaya muy bien, y que se sienta realizado, porque he leído en algún sitio que cuando usted era niño y le preguntaban ¿qué quieres ser de mayor, klein Joseph?, decía: Papa. Sí, no papá, "Papa". ¿A qué niño normal se le ocurre semejante profesión? Se me quedan tantas cosas en el tintero, ¿qué hacía usted mientras los nazis asolaban su país? ¿qué pasó exactamente con la muerte de Juan Pablo I? ¿es cierto que el Banco Ambrosiano era socio accionista de una fábrica de preservativos? ¿los Papas no se jubilan aunque pierdan la cabeza? ¿lleva pantalones debajo del vestido de Papa?
Una última cosa, a ver si se le ocurre algún otro sitio que visitar el próximo verano y no viene a darnos la lata a Madrid también, porque si me tengo que tragar otro especial, y debates a todas horas sobre si el Presidente del Gobierno (que tiene carta aparte) tiene que ir a misa o no, me suicido en grupo yo sola, por muy pecado mortal que sea.
Hale, Herr Ratzinger, tanta gloria lleve como descanso deja.