lunes, 27 de diciembre de 2010

VEINTE AÑOS NO ES NADA...













(c) Napaboy

Cuando yo me jubile, a los 67 años -de momento- habré cotizado exactamente 25 años más que mis antiguos compañeros, esos que había que mandar a casa para aligerar la carga de la televisión pública y que se han ido con 52; y 22 más que los cuerpos de seguridad del Estado, que creo se prejubilan a los 55, porque deben tener condiciones físicas especiales. Creo que una de las reivindicaciones de los Controladores Aéreos en su nuevo convenio, es también la prejubilación a los cincuenta y pico, con el 100% de su sueldo (que no es moco de pavo). También se ha hablado de CajaMadrid... Total, que vamos a quedar cuatro viejos chochos currando para un regimiento, y vosotros me diréis, si ya no me acuerdo dónde guardo las bragas, dentro de veinte años, no me quiero ni imaginar dónde acabaré cuando intente llegar al trabajo.
¿No les dará vergüenza a los controladores de cincuenta y pico ir a vigilar las obras de los agüelillos de 70? ¡Ah, no! Que ellos organizarán viajes del chupi-inserso a las Islas Fiji, y se operarán continuamente hasta que esto sea un sinsentido y botones de 80 años lleven las maletas a ociosos con pinta de treintañeros trasnochados.
Lo malo de todo esto es que peor no se puede hacer y que viene Rajoy sí o sí, bueno si Esperanza no espabila, que eso está todavía por ver. A ella nada le gustaría más que ser la primera First Lady bilingüe con First Lord consorte. Y nos vamos a enterar de lo que vale un peine. No habrá ni Sanidad ni Educación públicas, y, por fin, seremos como los Estados Unidos de América antes de que intentaran imitarnos. ¡Qué paradoja!

sábado, 25 de diciembre de 2010

¡FELIZ CACADELAVACA!


















Esta Navidad me ha llegado muy como de repente. Mira que yo soy de cantar villancicos desde primeros de noviembre. Hubo una época de mi vida en que la odiaba, coincidiendo con un gran cataclismo. Luego se me pasó el cabreo y me reconcilié con las luces, los árboles y el Jingle Bells. Y ahora me suele gustar. La gente sonríe más, de acuerdo, tienen un poco cara de tontos, pero ¿qué más da?
Este año, cuando ya estaba lanzada al villanciqueo ocurrió algo muy triste que todos conocéis, y se fue al carajo el espíritu navideño. Todavía ha ocurrido algo más justo la semana pasada, y, la verdad, no he podido dejar de pensar en la gente más cercana a los que se van, y no puedo ni imaginar cómo habrán pasado la noche. Supongo que apagando la televisión como primera medida, porque eso de que sea obligatorio estar alegre es una presión insoportable.
Mi Navidad, en realidad, creo que ha sido la semana pasada, cuando todos los primos quedamos para celebrar el cumpleaños de mi primica, la que se fue. No estábamos todos, pero recuperamos parte de nuestra infancia y recordamos todas las gamberradas de los pepes, que eran un no parar. No pude dejar de pensar en algo. Si ella no hubiera desaparecido, no me habría molestado en hacer el viaje para la fiesta, y, sin embargo, la cena le habría encantado con todos sus amigos y primos juntos hablando de ella, riendo, llorando, cantando. Así que he decidido no dejar nada pendiente. Cuando piense en llamar a alguien, simplemente, llamaré. Cuando vas dejando las cosas porque no es el momento, a lo mejor, ya nunca lo es.
Solo espero poder volar a Frankfurt para Fin de Año, porque tal y como está la cosa, igual no puedo ir, o voy y no puedo volver, o me quedo congelada en el aire...
De momento, le cojo prestado el árbol gótico a Rebeca para desearos a todos Feliz Cacadelavaca.

lunes, 13 de diciembre de 2010

JO, QUÉ NOCHE!













Todo empezó hace unos días. A punto de empezar una segunda tanda de curro desenfrenado me pongo mala de morirme con un catarrazo del 15. Así que el día anterior a la grabación voy a la farmacia y le pido a la señora algo para los mocos, para echarlos. ¿Tienes muchos? Muchísimos. ¿Cómo son? Horrorosos, tirando a verdes (Simón no leas esto), y me duelen los pómulos. Uy, uy, uy, eso es principio de sinusitis. Toma este jarabe, esnifa agua y bébela también (la esnifada no, otra limpia). Así que, por la noche, de regreso a casa con mi compañera de piso en el asiento trasero, paro un momentito en segunda fila delante de la farmacia y entro a comprar suero fisiológico y un jeringón de 20 ml. para metérmelo a chorro. Al salir, bajo jovial el bordillo, actividad, a priori, nada peligrosa. ¡Ja! El asfalto tiene un bollo y mi pie acude a él como mosca al panal, el tobillo cede (como siempre) noto un dolor insoportable, y caigo hincando las rodillas en la calle. Y empiezan los juramentos: ¡Me cago en la puta, otro esguince! ¡Me cago en la puta! ¡Señora está bien? (¡Qué señora ni que niño muerto! ¡Cómo voy a estar bien! ¿no me ve de rodillas en el suelo jurando en arameo?) Todo esto lo pensaba yo, que la pobre señora estaba preocupadísima por mí, y no le iba encima a soltar una grosería. Así que levanto la vista y veo a mi hija encerrada en el coche, golpeando los cristales con sus manitas y cara de susto: ¡Mamáááá, Mamáááá! Un novelón venezolano. De repente recuerda que las ventanillas traseras son manuales y la baja deprisa: Mamá, ¿qué ha pasado?. Nada cariño, sólo es un esguince. ¿Otro? Me vuelvo y la acera está llena de señores mayores que lo habían visto todo desde un bar: Si la hemos visto, sólo ha bajado el bordillo... ¡Ya te digo, como si a mí me hiciera falta algo más que un bordillo para hacerme un esguince.
En fin, que cogí mi kit básico de accidentada: bolsa de frío, antiinflamatorios, nueva tobillera que me compra Rebeca, y me aclara por fin cómo se pone. Que tengo otras dos iguales, y me las llevo poniendo mal 15 años (no sólo yo, que le pregunté al último fisio que me trató y tampoco sabía, el muy tarugo). Así que consigo que el pie no se hinche y todo queda en una pelota de tenis junior en el tobillo que voy controlando. Sobrevivo a la grabación y el domingo decido hacer la colada. Pero la lavadora decide morirse. La pobre ha tenido una larga e intensa vida, pero... ¿justo ahora? Espero a que venga mi hija de su estancia paterna para que me acompañe. Compro el mismo modelo (porque esta me ha durado 14 años, que está muy bien). A la cama. Me duele la barriga. ¿Quieres vomitar? No, pero me duele. Pues ponte tu cojín. Toma un barreño por si te dan ganas de vomitar y no llegas al baño. Vale. Cuatro de la madrugada. ¡Mamá! ¡Dios qué susto! Lo siento no he llegado al baño. No te preocupes cariño, ¿estás bien? Métete en mi cama. No me preguntéis cómo, pero lo único que no tenía arroz tres delicias en la habitación era el barreño y la niña. Así que cierro la puerta para que no se expanda el aroma, pero ya no pego ojo pensando en los 57 kilos que pesa el colchón si tengo que quitarle la funda para lavarlo. A las seis, nueva andanada. Así que ya me levanto empiezo a limpiar como una loca y encerrarlo todo en bolsas a la espera de la nueva lavadora, que va a tener un estreno a lo grande.
¡Dios, qué ganas tengo de que llegue el 31 para darle cerrojazo a este añito de los cojones! En Alemania... y sin cerveza... ¡qué horror!

sábado, 11 de diciembre de 2010

CARTA A MIS ÚLTIMAS VÍCTIMAS







Queridos todos,
Me ha gustado tanto trabajar con vosotros que estoy muda de la emoción, y no quiero oír esa tontería de que grito mucho. Espero que lo hayáis pasado la mitad de bien que yo. Nos pueden perseguir, atosigar, acorralar... pero mientras no nos roben la risa, todo irá bien. Al final, el trabajo es sólo trabajo, pero si te rodeas de gente estupenda, se hace mucho más agradable. Siento haber sido un poco pesada, pero me han dibujado así.

Sobre todo siento el mal que le he dado al pobre Recogiíto, y a sus chicos de amianto, ésos que se pasan la vida a 50º y todavía son capaces de reírse.


Y a Simón debo pedirle disculpas por contarle con pelos y señales la naturaleza de mis mocos, pero es superimportante controlarlos, que he tenido un principio de sinusitis con la tontería. Además, que no te hacía tan tiquismiquis viviendo como vives en Morata, hijo.

A mis niñas, qué decirles, Rebe con sus diseños decora nuestras vidas, a parte de cantar por peteneras esos minutados que hace, dignos de estar colgados en un museo de lo bonitos que son. A la pequeña Idoia (¡cuidadito con las rimas!): siento haberte lanzado al ruedo a lo bestia, pero no hemos podido dedicarte el tiempo que merecías, porque ninguno lo hemos tenido. Y Carmen, que nadie sabe lo que hace hasta que no está (¡no te vuelvas a ir a la India en tu vida!).

A los cámaras, espero que hayáis tomado nota de todas nuestras conversaciones sobre sexo, porque ayudará mucho a vuestras novias. Virginia no necesita tomar notas porque ya lo sabe todo.

A Sonido, gracias por ponerme el karaoke para hacer las esperas menos aburridas. Y a todos, mil gracias porque a veces se me olvidaba incluso que estuviéramos trabajando.


El 31, justo antes de las uvas, pensaré en todos vosotros y tendré una sonrisa de oreja a oreja.


Por cierto, creo que hemos terminado. Podéis recoger. ¿O no Carmen?

jueves, 9 de diciembre de 2010

HIJAS DE DIVORCIADAS DESQUICIADAS



Mi hija me ha preguntado que cuándo le voy a dejar tener un blog, y, aunque sé que tiene muchos fans, le he dicho que cuando vaya al instituto. Aunque creo que en realidad lo que le interesa es tener un videoblog. Hace un par de días ha encontrado la cámara de video y se dedica a grabar reportajes continuamente. ¡Cuánto daño ha hecho España en el Recto! Primero grabó un mensaje de Feliz Cumpleaños para su hermana. Teniendo en cuenta que su cumple es en julio, tú me dirás. Pero ella no graba a palo seco. Ella coge su pizarra, escribe Felicidades en colores, me pide que la grabe y que avise, vamos, que le dé acción. Entonces finge terminar de colorear la última letra, se vuelve a cámara y se hace la sorprendida: "Hola, Patricia, hace ya tres años que nos conocemos.... ".
Luego me hace una entrevista, pero se la prepara: "Mamá, ¿cómo se empieza una entrevista". ¡Ay, hija mía, si más de uno supiera eso, no se cargarían tantos programas como se cargan! "Hola, Ana. ¿Cuáles son tus hobbies?" "¡Que me dejes!", se vuelve la cámara hacia sí misma, tipo 'Mi cámara y yo': Ahora es que no está de buen humor, pero normalmente es muy maja, si estás interesado en conocer a la solterona desquiciada, bueno en realidad es divorciada desquiciada, pero es solterona desquiciada, llama al ...... y seguro que te atendemos, pero no sé de qué humor."
Al día siguiente viene el reportaje sobre el árbol de navidad. "Hola, estamos poniendo el árbol de navidad y os voy a enseñar cómo va todo. Primero ponemos las luces. Bueno las pone mi madre". "Que no me grabes que estoy gordísima". "Pero si estoy sacando sólo las luces"...
"Creo que voy a ser presentadora, porque se me da fenomenal". Dí que sí, hija, que total, para lo que hay por ahí...

miércoles, 8 de diciembre de 2010

VOLVER...















Cuesta tanto volver a la normalidad cuando algo gordo te sacude... Te parece que ocuparte de cosas poco importantes es como traicionar un poco a los que se van, pero lo cierto es que la vida sigue y se construye con pequeñas cosas, algunas más tontas que otras. Esta semana, por ejemplo, he entrado en contacto absoluto con la tontería, pero he sobrevivido gracias a Bananarama, que es un trío que hemos montado para sobrevolar por encima del divismo sin dejar que nos afecte.
Me he perdido el mogollón que han montado los controladores y, debo decir, que no tengo una opinión muy clara al respecto. Primero la tenía, pero luego me llegó un blog de una controladora que dice más tacos que yo por minuto, y me hizo cierta gracia, pero no me terminó de convencer. Conozco indirectamente el caso de una controladora, y diré:
1. Hacen ostentación constante de la megapasta que ganan, así que no pueden decir que nadie inventa nada, igual alguien ha exagerado, ya sabemos cómo funciona el teléfono estropeado, pero a mí me ha llegado 12.000 euros mensuales. ¿Os lo han bajado a 10.000? Mucha gente se apañaría con eso. Y no empecemos con la cantinela de que somos la recontrapelota, porque los médicos, por ejemplo, también lo son, y ahí les tienes, fugándose a la privada porque en la pública, desde luego, no se está por dinero, y el que esté, se equivoca.
2. Se supone que trabajan en turnos de 4 horas, porque el nivel de concentración que requiere su trabajo, y la cantidad de vidas que pasan por sus manos en ese tiempo, así lo requieren. Hasta ahí bien. Pero, parece ser, y siempre digo parece ser, porque es lo que me cuentan, que no he hecho yo guardia en esas garitas, que intercambian turnos y los doblan para luego disponer de días libres. Si esto es cierto, la pregunta es: ¿en manos de quién estamos cuando volamos? Sea por decisión propia o porque les obliga la patronal (que en este caso parece ser el gobierno, ya que les ha militarizado), ¿estamos en manos de personas mentalmente agotadas, cuando vamos tan felices por el aire degustando esas delicias de plexiglás a precio de club de gourmet?

Si cada uno, según el gobierno, gana el doble de lo que merece, a lo mejor deberían formar a más gente para que no sea un cuerpo de élite, sino, simplemente, una profesión, que sepa desempeñar un amplio grupo de personas que puedan sustituirse normalmente para que cada uno tenga su descansos y pueda acompañar a sus padres cuando les operan. ¿Eso les interesaría? ¿Trabajar la mitad a mitad de precio?

El problema de todo esto, es que están consiguiendo que nos comamos vivos unos a otros. Como todo está fatal, la gente que tiene trabajo debe estar tan agradecida, que tiene que renunciar a todos sus derechos con sumo gusto porque hay largas colas de trabajadores en paro deseando ocupar su puesto. Así que estamos regresando al pasado en el DeLorean a la velocidad de la luz y da miedito.
Voy a seguir pensando en todo esto, entre bolas y carracas, porque sigo siendo madre y en Navidad mandan los niños.

lunes, 29 de noviembre de 2010

MI MARISOL















¡Coño, Marisol! ¡Eso no se hace! ¿Cómo nos dejas así? Sin darnos tiempo a nada, sin avisar, sin prepararnos. ¡Que me habías prometido enseñarme el agua más azul que pudiera imaginar en las Seychelles! Y ahora vamos a tener que ir con tus cenizas, y eso no es lo mismo, ni es justo, ni nos lo merecemos. ¡Si hubieras visto hoy la iglesia! Seguro que la has visto. Con gente de toda edad y condición con una sola cosa en común: tú. Cuando has entrado con todos los primos te he imaginado diciendo: ¡Pijo, es que tenía que morirme pa' que me lleven ocho macizos!
Porque así eras tú. Cargando mucho más de lo que ninguno de nosotros podríamos cargar, y siempre con una sonrisa y tirando del carro. Y yo quejándome de una mierda de dolor de espalda, y tú en vísperas de una operación de mierda. ¡Cojones Marisol! ¿Por qué te has tenido que operar? No me contestes, ya lo sé, porque eres la más Mazuecos de los Mazuecos, y si se te pone algo en los ovarios se hace, y punto. Pero nos has dejado muy solos y con muy poco consuelo. He llorado un mar, y lloraré más mares, pero siempre sonriendo, porque cuando pienso en ti siempre sonrío y me acuerdo de las cenas de primas, de tus chistes ("Se encuentra una cigüeña a otra que lleva un tío de 40 años en el pico y le dice: -¡Tía, reconoce que te has perdío!"), de nuestras peleas por el título de Miss Águilas...
No sé dónde estarás, me imagino que en las Seychelles, porque se supone que cada uno crea su propio paraíso, pero sé que el sábado fue el primer día de tu vida en el que no te dolió nada y a nosotros nos dolió el alma entera.
Te quiero prima... y no soy la única.

lunes, 15 de noviembre de 2010

LIEBER HERR RATZINGER,














Ha venido usted a mi casa, de visita, en calidad de pastor de rebaño, y se ha dedicado a decir lindezas del primer al último minuto. Dé usted gracias a su Dios de que nuestros políticos están demasiado ocupados, no sabemos muy bien en qué, y no han llegado al centro de la cuestión. Y la cuestión es que si este país es laico, no entiendo por qué subvencionamos su rebaño y no otros que lo pueden merecer igual, o ninguno, y que cada palo aguante su vela.
Si se dirigiera sólo a sus ovejas, sería estupendo, aunque creo que debería vigilarlas más de cerca porque tiene muchas descarriadas. Porque, cuando usted habla de no robar, ¿a qué se refiere exactamente? ¿incluye lo de pagar sueldos míseros para que los trabajadores vuelvan a ser esclavos? ¿o lo de llevarse la pasta a paraísos fiscales para no pagar impuestos? ¿y lo de inflar las facturas que pagan sus visitas a nuestro país? Usted y su rebaño tienen un montón de problemas psicológicos, porque establecer unas normas que se saltan según cómo, no es nada fácil, sobre todo si tienes que acallar conciencias. ¿No era que ustedes se casan hasta que la muerte les separe? ¿Cómo explica entonces las anulaciones eclesiástica previo pago de su importe? Si un solo matrimonio eclesiástico se anula con sus bendiciones, esa norma la han mandado ustedes mismos al carajo sin miramientos y se abre la veda. Aquí, o follamos todos o se tira la puta al río. ¡Uy, perdón, qué boquita! Pero ya que estamos en faena: ¿Qué problema tienen con el sexo? ¿No se da cuenta de las perturbaciones que causa la abstinencia en su rebaño? Que no había usted todavía aterrizado en Roma, cuando encontraron un nuevo arsenal pornográfico en otra sacristía. ¿No sería más sano que sus pequeños pastores pudieran tener relaciones normales, monógamas si se pone usted tan quisquilloso, y buenas familias? ¡y no tanto "sobrino" de cura desubicado! Que a ver si salen ya todos de una vez del confesionario y simplemente reconocen lo que en todos los pueblos de España no es más que un secreto a voces.
Y ahora pasemos a mi tema favorito: el papel de la mujer en el universo. Es usted tan de nuestro tiempo que ahora nos manda a fregar, pero después del trabajo. ¡No me joda, santo pastor, con la que está cayendo! Si sus monjas están encantadas con fregar altares y coserles las sotanas, me parece fenomenal, pero a la sociedad civil, si es usted tan amable, me la deja en paz. Porque si sigue diciendo las tonterías que dice en voz alta, se van a cumplir sus propias profecías y lo de "los años treinta" va a parecer un juego de niños comparado con la que se le puede venir encima.
Bueno, pues nada, espero que le vaya muy bien, y que se sienta realizado, porque he leído en algún sitio que cuando usted era niño y le preguntaban ¿qué quieres ser de mayor, klein Joseph?, decía: Papa. Sí, no papá, "Papa". ¿A qué niño normal se le ocurre semejante profesión? Se me quedan tantas cosas en el tintero, ¿qué hacía usted mientras los nazis asolaban su país? ¿qué pasó exactamente con la muerte de Juan Pablo I? ¿es cierto que el Banco Ambrosiano era socio accionista de una fábrica de preservativos? ¿los Papas no se jubilan aunque pierdan la cabeza? ¿lleva pantalones debajo del vestido de Papa?
Una última cosa, a ver si se le ocurre algún otro sitio que visitar el próximo verano y no viene a darnos la lata a Madrid también, porque si me tengo que tragar otro especial, y debates a todas horas sobre si el Presidente del Gobierno (que tiene carta aparte) tiene que ir a misa o no, me suicido en grupo yo sola, por muy pecado mortal que sea.
Hale, Herr Ratzinger, tanta gloria lleve como descanso deja.

martes, 9 de noviembre de 2010

THE F*CK*NG BED



















Yo tenía una cama estupenda. La compré hace tiempo. Colchón de látex cuando aún no estaban tan de moda, somier pareado, para que cada palo aguante su vela... y me encantaba. Tanto es así que he decidido renovar el colchón y comprarme otro igual. Bueno igual no, porque el otro en realidad eran dos unidos por una cremallera, y ahora he comprado uno de 1,60 que pesa exactamente 56 kilos y medio. Lo sé porque lo pone en la etiqueta de Ikea. Quedé con Rebeca, que es de las pocas personas con las que debes quedar para estas cosas, porque todo le parece fácil. "Me llevo la furgoneta pequeña, que nos sobra". ¿Nos sobra? Después de hacer el panoli en la recogida de pedidos (vamos a saltarnos esta parte, sólo diré que nos invitaron a un perrito) vino el momento grandioso de la jornada (uno de ellos): cargar la furgoneta. Cuando salimos a la calle hacía un viento que me llevaba hasta a mí. El colchón (160 x 200) iba en vertical cuan vela de velero bergantín, y como tal se comportaba haciéndonos derivar a estribor y colisionar con los coches aparcados. Llegadas a la trasera de la furgoneta abrimos las puertas, miramos el paquete, comparamos el tamaño y Rebeca dice: "Sí hombre, si cabe, empujamos un poquito y ya está". Hasta ése momento no habíamos intentado levantar el bulto, porque te lo sacan en un carrito y te parece estupendo llevarlo (salvo por el viento). Nos agachamos. ¡Su puta madre! "Tía esto pesa un güevo". Primer ataque de risa. Levantamos un extremo, lo subimos a la altura de la furgoneta "y ahora empuja". "Rebeca, esto no cabe" "Que sí, ya verás como sí" "¡Ni de coña!" "Bueno vamos a quitarle el embalaje, que así se puede doblar". Se puede doblar, pero el efecto es como si un inmenso gordo se desplomase al perder el sentido y tuvieras que meterlo en un taxi una noche de pedo gigante. Imposible. Cuando estábamos al borde del desmayo entre las risas y el esfuerzo, pasa un ciudadano africano en una furgoneta bien grande y nos hace señas "¿Os ayudo?" Y decimos que sí, por supuesto. "Este nos pide pasta" "Me la pela" Nos ayuda y no nos pide nada. Todavía queda gente simplemente amable. Una vez metido el colchón a presión queda la cama. Sí, porque he decido poner una cama. 14 años con un estupendo somier, que me ha dado bastantes alegrías, y decido poner una cama. Que no tendría por qué ser ningún problema, pero lo es. Cama de acero, con viga central de acero también. Hay que invertir las patas para que ahora cuelguen, en lugar de apoyarse... total que tengo una muñeca vendada (y no hacen más que salir jjjjjj y wwww durante todo el texto), pero hoy ya puedo dormir tranquila con el somier atornillado a la estructura. Que ayer dormimos mi hija y yo con él sobrepuesto y no pegué ojo en toda la noche pensando que cada vez que me movía me caía al suelo.
Ya puede venir Superman a echarme un polvo intergaláctico, porque si no, vaya negocio.

domingo, 31 de octubre de 2010

ENTRE BURBUJAS, CHULETONES Y PASEOS





Hoy hemos tenido día de chicas total. Balneario en la sierra madrileña. Una pasada. ¡Qué pena que estuviera lloviendo! Hemos sido cocidas y ultracongeladas alternativamente a lo largo de hora y media larga, para terminar en una sala de relax llena de cotorras y mantras tecno. Nada de esto ha impedido que la pequeña Marta se quedara frita como una patatita. Marta no tiene ni un gramo de grasa en el cuerpo, y lo del frío le viene como mal. Yo, sin embargo, llevo mi manta de foquita natural y me protege bastante.
Lo de tener un balneario a menos de una hora de casa está muy bien. Bueno, menos de una hora para la gente normal, a mí me lleva siempre un poco más, porque yo no entiendo muy bien las señales, ni los mapas, ni los itinerarios de Google maps. Yo tenía un Tom-Tom y lo perdí, o me lo robaron, no sé muy bien, pero el caso es que me pasaba el día discutiendo con la señora y desde que no lo tengo soy feliz, y me pierdo lo mismo. Laura ha dimitido del puesto de copiloto en cuanto ha podido, porque no entiende que me ponga supertensa cuando me pierdo, sobre todo si voy tarde.
Como hemos salido con dos horas, hemos llegado a tiempo, y el sitio era maravilloso, pero estaba cayendo la mundial, y nosotras sin paraguas o similar, Mada con sus patitas de pollo. Mada es una estupenda copiloto porque no se altera y sabe leer los mapas. Yo, a parte de no saber leer los mapas y no tener conciencia de dónde está el sur, ni de dónde vengo, tengo tendencia a seguir y seguir, como si fuera a llegar por arte de magia a mi destino.
Los balnearios tienen un problema, y es que están llenos de parejas y algunas dan asquito. Nos hemos encontrado a un par que se metían juntos en la ducha del circuito ¡por Dios! Y no eran quinceañeros, pasaban de largo los treinta, y se morreaban en los chorros, ¡qué ganas de vomitar! Alguien debería aclararles que lo del fin de semana romántico se refiere a lo que se puede hacer al terminar los tratamientos en lo que vienen a ser las habitaciones. Además eran feísimos los dos. Como diría mi hermana Alicia "así no se estropean dos parejas".
A parte de estas pequeñas cosas, lo demás ha sido un éxito. Hemos salido muy relajadas y con un hambre atroz, así que hemos buscado el sitio más cercano para tomar una carnaza y nos hemos puesto hasta las trancas. Martita, que está en los huesos, se ha apretado unas migas y un chuletón a cámara lenta, que me ha dejado ojiplática. Mada, sin embargo, que tambien es XS, come como un pajarito, y eso ya no me da tanto coraje. Laura y yo una cosa media, pero claro, con estas sesiones lo de adelgazar, como que se me va a demorar un poco, así que al final tendré que acabar yendo al endocrino quiera o no, porque si no es bajo presión yo no funciono muy bien.
Después de un paseo pasado por agua disfrutando de los colores del otoño (no sé por qué la gente habla tanto de la primavera, los colores del otoño son infinitamente mejores y a Laura le gusta más) hemos vuelto a Madrid, depositado a Madapatasdepollo en su esquina, y las niñas han bailado como locas en mi salón, que se baila igual que en el Fabuloso pero sin humo ni modernos.
En fin, un día guay. Qué pena que nos hayamos perdido Regreso al Futuro, y que la hermana travero de Michael J. Fox haya muerto en 2005. ¡Tías, otro finde hay que ir a pernoctar, o sea!

domingo, 24 de octubre de 2010

BUSCO SUSTITUTA




"Busco madre buena que no se enfade por casi nada y que siempre esté de buen humor.
Interesadas llamen al 6......."



Yo no estoy preparada para esto. Yo quería tener un bebé, niña, a ser posible, para limpiarle la caquita, ponerle moñetes, cantar cancioncillas infantiles, leerle cuentos poniendo voces... En fin, lo que viene a ser cuidar de una niña. Yo no estoy preparada para pelearme con una leona como yo, que empieza con las movidas adolescentes a los 10 años.
Cuando yo tenía 10 años me habían puesto es culo como una berenjena docenas de veces. Eso sí, siempre por la misma razón, por no comer, fíjate lo que son las cosas. Ahora, cada vez que le levanto la voz porque me saca de quicio, me amenaza con denunciarme al Defensor del Menor, ¡cuánto daño ha hecho la pedagogía a la educación!
En fin, que esta semana está cumpliendo su primer castigo gordo en diez años, que ya está bien. Y se lo ha tomado fatal, porque ayer la pillé escribiendo la nota que veis ahí arriba, mientras le planchaba el pelo (que no es que la tenga encerrada en un sótano lúgubre). El castigo consiste en quedarse sin paga y una semana sin tele, que es un castigo para ambas, porque yo tampoco la pongo, así que estamos haciendo labores del hogar, hablando sin parar y mejorando nuestra relación. Pero, claro, yo tenía pensado ir al cine, cenar por ahí e ir de compras, y me he quedado encerrada por su culpa. Y es que, castigar es muy duro, porque si es un castigo para ambas, ¿dónde está la gracia?
Total, que espero que encuentre sustituta pronto y se vaya con ella, si es que consigue imprimir y colgar los carteles.


jueves, 21 de octubre de 2010

DIVINOS
















Cuando la gente te pregunta dónde trabajas y dices que en la tele, la primera reacción suele ser: ¡qué guay, lo pasaréis genial! Y la verdad es que no nos podemos quejar. Cuando algún presentador lloriquea porque hace calor con los focos, siempre les digo que pueden ir a asfaltar carreteras, que es bastante agradable.
Lo bueno de hacer programas es que empiezan y terminan, y cada cierto tiempo cambias de rollo y es como si cambiaras de trabajo.
Lo malo es que cada vez que termina un trabajo tienes que despedirte de gente, y las despedidas no molan. Sobre todo si la gente te gusta.
Ahora, de repente, sin saber cómo, nos bajan del Olimpo, donde había rayos y truenos, y gritos y risas, y fotos y broches, y tartas y ensaimadas, y mails y remails, y muñecos y sobaos, y patakys y madrugones... justo ahora que nos empezábamos a querer de verdad.
Lo malo, es que nos separamos a menudo.
Lo bueno es que, cuando menos te lo esperas, nos volvemos a encontrar.
Nos vemos en los bares. Sois DIVINOS.

miércoles, 20 de octubre de 2010

DRIVING MISS KATIA













Cuando los horarios de trabajo se alborotan, todos (los que podemos), acudimos sin cesar a "Abuelos sin Fronteras". Eso reduce la relación con mi hija a pelea del desayuno y pelea de la vuelta a casa. Mi favorita es la vuelta a casa, porque lo de la mañana es más monotemático: "¿Te has vestido ya?" pregunto mientras revoloteo por la casa intentando adecentarme para salir a la vez. "Sí". Sé que es mentira, pero hago que la creo. Dos minutos después asomo por sorpresa el cabezón en su habitación y le doy un susto de muerte. Lo de la tele en su habitación tiene su lado bueno y uno muy malo. Lo bueno es que cuando entro a darle los buenos días abre los ojos como platos inmediatamente y no tengo que hacerle el camino de hormigas por la espalda (esta performance tiene capítulo aparte), lo malo es que se queda enganchada, como me cuenta mi madre que me quedaba yo con la familia Telerín. O sea, que es genético y lo tengo crudo. Pero, a trancas y barrancas (¡cómo odio a Pablo Motos!), consigo llevarla a tiempo al cole. Y cuando no llego, la soborno con cromos de Patito Feo para que vaya sola sin rechistar.
La vuelta es peor. Porque ha tenido toda la tarde para rumiar su discurso. Espero que se haga notas, porque si no, da miedo.

Ejempo 1:
"¿Mañana vienes a traerme los patines para la clase?" "No puedo cariño, voy al fisio, que tengo dos contracturas en los trapecios, que me están matando" Os preguntaréis si es cierto que digo trapecios y no paletillas, como las ha llamado mi madre toda la vida. Pues sí, suelo ser precisa. Sobre todo porque una vez que me tomé licencias hubo un pequeño conflicto al respecto ("Mamá, Emma dice que el chimichurri se llama pepe". "En realidad se llama pubis, pero en cada casa se le pone un nombre"). "¡Eres una egoista! ¡Prefieres ir al fisio que traer los patines a tu hija para que se rompa la espalda subiendo tanto peso por la escalera!" Cuando empieza a desbarrar suelo callarme para no decir barbaridades, y eso es lo único que le saca de quicio, de momento. "¿Ah, no dices nada, no contestas? Pues muy bien, tú sigue callada bla bla bla bla..." "No sé qué quieres que te diga, me parece increíble que digas que soy una egoísta cuando organizo toda mi vida a tu alrededor" "¿Ah, sí? ¡A ver!, ¿qué has hecho por mí esta semana? ¡Ah, sí, perdona, que me has dado de comer, pero eso es tu obligación, no haber pedido mi custodia!" (os juro por mi vida que esto es textual). Y claro, imaginad la escena: yo conduciendo, ella justo detrás mirando displicente por la ventanilla, yo aguantando la risa y pensando que lo único que me falta es la gorra de plato.

Ejemplo 2 (dos días después):
"¿A qué hora sales mañana?" "Katia, te he dicho que tengo grabación, de tres a diez. Pero se ha caído una entrevista y puede que salga a las ocho" "¡Pero bueno, ¿esa gente no sabe que tienes una hija que criar, y que además estás divorciada?"

Vosotros me diréis, si no se prepara estos discursos es para asustarse, pero de verdad. Katia, cariño, hoy te voy a buscar.

jueves, 14 de octubre de 2010

PASA LA VIDA...











Y yo preocupada por mi propia mismidad. Y siento la presión. Porque sé que muchos amigos han hecho parte de su rutina reírse un poco conmigo, o de mí, que tampoco me importa. Pero estoy sumida en mi propia hipocondría y no hago otra cosa más que tomarme la tensión y tener todos los síntomas posibles que circulan por Internet asociados a la hipertensión. Por ejemplo, todo el sábado me estuvo doliendo el riñón derecho, porque he leído que los riñones se pueden deteriorar debido a una hipertensión prolongada. Eso sí, con la tontería, he dejado de beber y comer dulces (no es que yo bebiera mucho, pero añoro la cerveza). Lo de andar todavía no lo he empezado en serio, pero he vuelto a nadar cuan feliz ballenita por los mares del sur (si es que nadan por los mares del sur, que lo ignoro por completo).
Así que mientras yo me ocupo de estas chorradas de las que hago un macrocosmos, la vida sigue pasando, y han sacado a esos pobres mineros que estaban a un huevo de distancia bajo tierra, que sólo leerlo me da un agobio que me muero. Y dicen que no estaban mal, que al fin y al cabo, estaban en un sitio seguro y amplio. ¿A qué le llamaran amplio? No me puedo imaginar 33 tíos rudos juntos día y noche durante 67 días... ¿Dónde hacían sus cosas? ¿A qué olía ahí abajo? Y luego está la subida, en un tubo de 53 centímetros de diámetro. Vamos, que yo no habría podido salir, me habrían dejado un mes más hasta que cupiera por el hueco. Eso sí que es motivación para hacer dieta. Pero lo peor es lo que se les viene ahora encima, que les regalan de todo y les invitan a todas partes, que como se descuiden van a perder la cabeza y acabarán de contertulios en el Sálvame o en La Noria, ese nuevo espacio político al que van los ministros y la oposición a ser entrevistados.
Bueno, y más cosas, el Desfile, que este año ha rebajado el presupuesto. Lo sé, porque han pasado poquísimos aviones por encima de mi casa dando el coñazo la víspera del evento (y porque lo he oído, no os voy a engañar); la gente gritando al Presidente; la cara de la reina, como de "¡Ay, Juanito, que nos tenemos que volver a mudar!"; Revilla largando en la radio los cotilleos del evento como cualquier reportero de programa de corazón...
Bueno, que ya pasó, me reseteo y me concentro en ponerme megamaciza, a ver si me sale un novio.



miércoles, 6 de octubre de 2010

ESTOY HIPERTENSA











¿Os he comentado que me voy a morir?... Sí, ya lo sé, como todos, pero yo antes. Está cayendo gente a mi alrededor de infarto, algunos más jóvenes, y yo acabo de descubrir que tengo la tensión por las nubes, y no sé bien por qué, aunque la sanidad pública sí lo sabe: estoy gorda. Cuando estás gorda, no te pasa nada más. "Mire doctor, me duele el cuello". "Claro, señora, es que está usted gorda". "Bueno, la cabeza no me pesa mucho, a lo mejor es otra cosa". "Doctor, me duele el oído". "Claro, le sobra mucho peso". Total, que hasta que no pases por el Endocrino, que es el único que realmente te tiene que decir que estás como un tanque, no puedes ir a ningún otro especialista porque pasará de tu enorme culo, por difícil que te parezca.
El domingo se me ocurrió la tontería de tomarme la tensión en casa de mi madre. 13/10. Y como justo el viernes me había enterado de una muerte prematura, me empezó a dar el yuyu. Así que el lunes después de currar voy a la médico de empresa, pensando que habría sido una medida tonta. 16/10. Me tumba en una camilla, me da una pastilla y se pone supertrágica diciendo que es peligrosísimo y que hasta que no me baje no me puedo ir. Media hora mirando al techo sin nadie con quien hablar es una tortura para mí. Una hora y pico después me fui a casa sin haber conseguido bajarla más que a 15,5/9,5. ¡Y ve urgentemente a tu médico para que te vigile!
Yo no conozco a mi médico de cabecera, porque no suelo estar enferma y cuando estoy acatarrada tomo infusiones con miel y paracetamol. Y sigo sin conocerla. Sí, es ella. Lo sé porque leí la pegatina de la tarjeta. Pero no le vi cara, porque después de contarle todo a la enfermera, me tomó la tensión, 13/10 otra vez, y parece que no es muy grave, porque me ha dado cita (la enfermera) para volver a tomarme la tensión una semana después.
Una de las dos doctoras está equivocada, pero ¿cuál? ¿debo preocuparme, o no? ¿un control de la tensión después de un episodio de hipertensión consiste en una toma semanal?
La gente a la que no le gusta la gente no debe dedicarse a la medicina. Con esta atención primaria sólo consiguen que se colapsen las urgencias, que es lo que me han recomendado todos mis amigos, hartos de ver cómo saco el tensiómetro de muñeca y me lo coloco cada media hora en medio de una locura de grabación. Me consta que debe haber médicos excelentes, de hecho, me encantaría vivir en Santiago para que me atendiera Juan Ramón, que a parte de tener pinta de ser un pedazo de pan, es guapísimo y te dan ganas de estar continuamente enferma para que te ausculte. "Me duele aquí, doctor. ¿Cree que me moriré?"

domingo, 3 de octubre de 2010

COME, REZA... Y ECHA ALGÚN POLVO












Agradable sorpresa. Esperaba que fuera un tostón insoportable, y sin embargo me ha provocado sensaciones agradables. Tengo la teoría de que la satisfacción que te produce una película es inversamente proporcional a las expectativas previas.
No es que tenga nada sorprendente, desde que empieza sabes que habrá un Hollywood ending, y como el marketing es un horror, tienes demasiados datos y sabes quién será el afortunado que se lleve a Julia al huerto. Pero el destino no es siempre lo más interesante. A veces es mejor el propio viaje. Y el viaje de Julia Roberts hacia sí misma pasa por lugares comunes. Y hablo de lugares físicos. El rollo del dolor por las rupturas, afortunadamente, lo tengo muy olvidado. Su paso por Roma me ha traído olores, sabores, plazas, fuentes. A los españoles no nos van a descubrir que comer es más que comer. Igual a algún sueco le viene bien, pero nosotros sabemos mucho de comidas de diez platos, sobremesa y siesta. La parte de la India me la imagino. Por la gente que ha ido y me lo ha contado, por otras pelis, por mi incursión en el yoga... Y de Bali me acordaba perfectamente, y mira que han pasado veinte años, pero esos atardeceres no se olvidan fácilmente. En Kuta pasé uno de los mejores veranos del mundo mundial. El hotel en el que estuve era como el de la Roberts. Te duchabas viendo las estrellas sobre tu cabeza por la noche, porque el baño estaba en el jardín-recibidor-salón y no tenía paredes hasta el techo. Justamente la temporada previa a ése verano había trabajado con Javier Bardem. Él empezaba, tenía veinte añitos recién cumplidos, y era un tío superdulce detrás de esa apariencia de camionero yugoslavo, que daba unos abrazazos de los que no te daban ganas de salir nunca. Y en esta película, no sé si por la otra película que me monto yo en mi propia cabeza, su expresión es la de entonces, la de un buen tío capaz de emocionarse y llorar sin perder la hombría. Lo que no entiendo mucho es por qué se empeñan en darle eye-liner en los ojos. Ya sabemos que los tiene un poco saltones, pero con el lápiz sólo consiguen ojos saltones con raya negra.
Julia está estupenda, y mira que no es santo de mi devoción, pero o se lo ha pasado en grande conociendo gente, o es una maravillosa actriz. Todavía no lo he decidido.
Lo que falta es un poco de sexo. Por favor, un tío que no ha follado en 10 años y un pibón con 6 meses de abstinencia y no nos dejan ver ni una semitransparencia... ¡estos americanos!

sábado, 2 de octubre de 2010

WOODY, CARIÑO... RELAJA EL RITMO















No sé ni por qué lo intento. Nunca me han gustado dos películas consecutivas de Woody Allen. Me tocaba saltarme ésta y me he metido de cabeza en la boca del lobo, y ¡a la hora de la siesta!, que todavía no sé cómo he conseguido aguantar hasta el final. "Mientras la cosa funcione" me gustó. Sí, lo reconozco, en contra de la opinión de alguno de estos fanáticos del cine que sólo ven pelis en las que se corre, se dispara y se mata, y si es todo a la vez, mejor. Me gustó, entre otras cosas, que tomase la sabia decisión de sustituirse como actor por un... ¿actor? (podía haber mejorado la elección, pero el personaje le iba como anillo al dedo al insoportable Larry David, que debería limitarse a escribir). Me encantó el proceso de mimetización que sufría su pupila... Me reí, eso para mí es un buen síntoma.
Hoy no me he reído, ni un poco. Formalmente, no hay nada que decir. Tiene oficio, no lo vamos a negar, estaría cojonudo que después de 50 años dirigiendo, y con la productividad que tiene, tuviéramos que ponerle alguna pega. Pero la historia es una memez de tamaño sideral, los actores... no tengo palabras. Me resulta muy difícil decidir cuál de ellos es peor. Creo que es la primera vez en mi vida que me parece horroroso Anthony Hopkins. Pero claro, aparece Josh Brolin, con esa cabeza para tres cuerpos como el suyo, y hace buena actriz a la taza que se estrella contra la pared. ¡Dios, qué suplicio!
Woody, cariño, mira que me hace mucha gracia esa querencia repentina que te ha dado por nuestro país, y que metas actores españoles en todas tus películas. Es muy tierno que descubras Oviedo en una entrega de premios y hagas un publirreportaje de la ciudad, que espero le haya pagado el colegio a todos tus chiquillos, porque si no, no hay explicación posible. Pero, ¿de verdad crees que es absolutamente necesario hacer una peli al año, tengas algo que contar o no? Digo yo, que después de todos estos años, habrás hecho una pequeña hucha y no necesitas cine alimenticio. ¿O es que ya se te ha nublado el juicio? ¿O has hecho una apuesta? ¿O una promesa a algún santo judío?
Mira, lo que puedes hacer, si es que ya has cogido un ritmo y no lo puedes dejar (a ver si vamos ahora a joder todos estos años de terapia, que no quisiera yo), es escribir igual esos guiones, y en vez de perpetrarlos, le das el libreto a Soon Yi para que pinte por detrás.
Y ahora, tú me dirás qué hago con la próxima que ya debes estar terminando, porque me tocaba que me gustara pero lo de hoy sí que me va a costar terapia a mí.

jueves, 30 de septiembre de 2010

EL DÍA DESPUÉS












Al final fui. Soy así de sentimental. Me comí el enorme cabreo que tengo con CC.OO. y UGT, que en mi empresa, en concreto, han dejado muy claro que están al lado del capital y se pasan por el forro de los cojones la opinión de los trabajadores, porque ellos saben mejor que nosotros mismos lo que queremos, y fui. Es un poco como le pasa al gobierno con la reforma. En realidad están haciendo lo mejor para nosotros, lo que pasa es que nosotros somos unos ignorantes y no sabemos interpretar las señales. Simplificar el proceso del despido, no va a hacer más que aumentar el empleo, porque como los empresarios podrán ponerte de patitas en la calle, por ejemplo, porque no les guste la forma en que das los buenos días, se pondrán a contratar como locos a un montón de gente, y ya no tendremos que trabajar más que las horas reglamentarias, porque el trabajo estará repartido equitativamente.
Así que ahora no sé muy bien si me he gastado una pasta para algo o no. Porque unos dicen que ha sido un éxito, y otros un desastre. No sé bien qué representa el 70%, pero desde la más absoluta ignorancia, creo que es mucho, es mucho más de la mitad, nunca ningún partido político ha conseguido ése porcentaje de votos. Pero parece ser que no, que no es suficiente, que no hemos demostrado que queremos que la solución a la crisis caiga también sobre algún otro estamento y no el de siempre.
Fíjate qué contrasentido, hace nada han inaugurado la "Milla de Oro" en Madrid sin recato alguno. Y subvencionada por el Ayuntamiento. Estamos hablando de recortar sueldos de mierda, y a la vez hacemos una fiesta en una calle en la que no puedes encontrar un par de zapatos por menos de 200 euros. Me estoy haciendo mayor o tonta. O las dos cosas.
El lado bueno del asunto es que ya no nos tenemos que preocupar por el nuevo Convenio Colectivo, porque da igual lo que firmes, la nueva Ley de Reforma Laboral está por encima del bien y del mal y de los Convenios, así que, un problema menos. Ahora me puedo echar a dormir tranquilamente, como hace la gente que cree que lo único que debemos hacer es trabajar y dejarnos de líos.
Una cosita de última hora. Creo que los parlamentarios no hicieron huelga (estuvieron todos bien prontito en el hemiciclo para las fotos de primera hora, y creo que se empezó a vaciar como a las 11, vamos, una jornada de lo más habitual). Claro, que si yo tuviera un Convenio como el suyo, tampoco haría huelga, porque el salario supera con mucho el mínimo interprofesional, sólo tienen que cotizar 4 años para tener una pensión vitalicia, y el control horario, creo que tampoco es muy estricto.
En resumen, he sacado dos conclusiones:
1. El sindicalismo como lo conocemos, ha muerto, o debe morir. Necesitamos sindicatos gremiales, que procuren que los trabajadores ocupen sus puestos en las mejores condiciones posibles y reciban un salario justo a cambio, independientemente de qué partido ocupe el gobierno en ese momento, y
2. No podemos dedicarnos a votar cada cuatro años y quedarnos en casa tan panchos hasta que nuestros "empleados" hagan lo que quieran legislando en contra de programas que han firmado.

Yo también soy de los que dicen: "Estos mamones de los sindicatos, van a lo suyo", pero no dejo de reconocer que es gente que ocupa parte de su tiempo en reuniones que son un auténtico coñazo, y que todos podemos ofrecernos voluntarios para ayudar en temas puntuales, y no lo hacemos. Así que... o movemos el culo por nosotros mismos o dejamos de quejarnos, relajamos esfínteres y que sea lo que Dios (en caso de que exista) quiera.

lunes, 27 de septiembre de 2010

HUELGA GENERAL... ¿VOY?















Hoy es 27, la Huelga General es el 29, y os aseguro que no sé qué voy a hacer. Para mí sería la tercera del año, y llegados a este punto tengo tal cabreo porque me tomen por gilipollas, que no sé si salir a la calle a quemar contenedores (que por otra parte, es algo que la población debería llevar haciendo varios meses); ir a trabajar sólo por joder a los sindicatos mayoritarios; hacer huelga, pero quedarme en casa haciendo limpieza general; invadir el correo electrónico de Moncloa con mensajes incendiarios... En fin.
No me entendáis mal, no es que no haya razones para una Huelga General, las hay. Pero las hay hace mucho. Que los principales sindicatos sean hermanos de leche de partidos políticos, para los trabajadores es un putadón de órdago. No es que les vaya a presuponer la mala intención, vamos a ser buenos, pero, en el mejor de los casos, son como las madrazas con sus hijos revoltosos, que mientras no ocurre nada muy grave disculpan sus pequeñas trastadas. Hasta que un día, jugando, jugando, le prenden fuego a la alfombra del salón, y ¡hasta aquí hemos llegado, Pepito!. A ver, señora, usted debió darle un buen mamporro a Pepito cuando le tiró de las trenzas a la vecinita del cuarto, o cuando tiró porquerías a la ropa tendida de la ventana de abajo. Vamos, que se veía venir de lejos. ¿Por qué ahora? ¿Por qué programada con tantísimo tiempo, cuando la gente está desanimada, harta, a punto de tirar la toalla? ¿Por qué el Gobierno dice que entiende la Huelga aunque no puede hacer otra cosa más que tomar estas medidas, tan alejadas de sus principios? ¿UGT y CC.OOO. quieren realmente que vayamos a la Huelga, o es su obligación convocarla? ¿Por qué están tan contentos en la CEOE con el Real Decreto? ¿Cómo es posible que presida la CEOE una persona que ha conseguido llevar a la quiebra a una empresa como MARSANS, fundada en 1910?... ¡Uy, me estoy desviando!
El Decretazo del Gobierno se ha cagado en cientos de años de sindicalismo. En resumen, hemos llegado al punto de partida. Estamos a un paso de tener que ir cada día a las puertas de las empresas a ver si hay suerte y podemos trabajar aunque sea una jornada al precio que ellos digan, porque habrá dos mil desheredados más, con familias hambrientas en sus casas, dispuestos a trabajar por cantidades insultantes. Después de tantas huelgas, de tantos represaliados, de tantos presos políticos por ser sindicalistas, de tanta penuria... Después de tanto sacrificio, bajo el mandato del Partido Socialista OBRERO Español, volvemos a la esclavitud, al despido subvencionado, al empleo precario. Y, a todo esto, ¿qué ha pasado con el dinero público que se llevaron personas juzgadas y condenadas por ello? Perdonad mi ignorancia, pero ¿se ha recuperado ése dinero, o les ha esperado plácidamente criando en paraísos fiscales?
Hay mil razones para hacer Huelga General, pero no sé si son las mismas que lleva cada uno de los dirigentes sindicales en lo más íntimo de su pensamiento.
En resumen, todavía no sé qué voy a hacer. Quizá mañana...

sábado, 25 de septiembre de 2010

NO SIN MI HIJA














Hace diez años estaba yo terminando mi embarazo. Salía de cuentas el 24 de septiembre. Era domingo. El viernes anterior el ginecólogo me dijo que seguramente pariría el fin de semana. Yo pregunté: "¿Seguro?". "Después de la revisión de hoy, seguro". Y para asegurarse me metió el brazo hasta el codo.
Pues ni con esas. El lunes a las 9 de la mañana estaba yo con mi bolsito de parto preparadísima en el hospital. La enfermera que me atendió me dijo que el doctor aún no había llegado, así que me desnudé y me metí en la cama. "De aquí no salgo con la niña dentro". Y así fue. Mi ginecólogo tenía consulta a las 16:00 y la niña nació a menos cuarto. ¿Coincidencia? No lo creo.
Pero todo fue bastante bien. No sé cómo hay gente que quiere tener un parto natural, con lo estupendo que es parir drogada. Cuando el doctor me estaba cosiendo, me dí cuenta de que me había hecho una episiotomía del tamaño del Ebro. "¡Me has cortado hasta el culo!" "¡Qué exagerada eres!" Las dos monjitas que le asistían se tapaban la boca para reírse, aunque supongo que estarían acostumbradas a oír burradas de todo tipo. "¡Cuando vaya al baño me voy a acordar de ti!"
Dos días después me mandó a casa. "Te puedes ir, pero te llevas este laxante y te lo tomas en cuanto llegues" "No hace falta, no pienso volver a hacer caca jamás" Se reía bastante conmigo, pero seguro que se quedó bien a gusto cuando se libró de mí. Y de ese tema no voy a hablar más, porque es bastante escatológico. Sólo diré que es la única vez que lloré a lágrima viva en todo el proceso.
Y hoy es el primer 25 de septiembre que no paso con mi hija, pero he pensado, que igual a su padre también le apetecía pasar alguno con ella. Porque ya se me han agotado un poco las ideas de fiestas de cumpleaños: gymkana en el parque, fiesta en piscina, parques de bolas, cine y pizza, pizza sola, hamburguesas.... Eso sí, he aprovechado el día para prepararle una sorpresa con ayuda de unos amigos, que amablemente me han donado su tarde de sábado para instalarle una tele en su cuarto, que no sé si es una buena idea, pero es que, como madre, soy bastante blanda.
¡Felicidades cariño, mañana lo celebramos tú y yo!