...y David venció a Goliath.
Disculpadme que me ponga intensa. Si leéis habitualmente este blog, sabréis que no es mi estilo, pero no soy sólo un cuerpo bonito, a veces, pienso... y veo muertos... o lo parecen.
Si estáis entre ése 20% de parados con el que nos desayunamos hoy, pensaréis que cómo nos atrevemos a plantear una huelga siendo unos privilegiados, y no os faltaría razón para enfadaros con nosotros, pero desde dentro las cosas no son tan simples.
Hace unos meses, un puñado de desarrapados de retransmisiones increparon a nuestros jefes reclamándoles el trabajo que hasta ése momento hacían, y que empezaban a realizar otras empresas del sector, mientras nuestras unidades móviles cogían polvo y una enorme tristeza en el garaje. Los grandes sindicatos se frotaron las manos, porque vieron por fin la forma de justificar todas esas horas que se pasan liberados trabajando no sabemos muy bien en qué, y organizaron asambleas, y alharacas, y nos gritaron, y una señora que parecía salida directamente de mayo del 68 decía que "le ponía" vernos (que digo yo, que qué vida sexual tan sosa debe tener la pobre). Y propusieron una huelga, y la seguimos, y nos jodieron el presupuesto, porque a la gente no le sobra la pasta, y éso de que los de la tele ganamos un montón es mentira... bueno, por lo menos los que no salimos. Me encantaría ver la nómina de Belén Esteban, con esa gran formación que tiene y ese impecable y preciso trabajo que realiza.
Total, a lo que iba, que hicimos la huelga y fue un éxito, y los sindicatos estaban contentísimos (o eso parecía), y la señora a la que le poníamos decía que si había que estar meses, meses estaríamos, y que no era suficiente con lo que nos ofrecían, y que querían la cabeza de la directora de personal en una bandeja y que... bla, bla, bla...
Y de repente, nadie sabe por qué ni cómo, CCOO (que dan ganas de llamarles cé cé ó ó) y UGT se descuelgan del resto de los sindicatos, se sientan a negociar con la empresa una oferta que previamente habían rechazado e insultan por correo interno a todo el que cuestiona su falta de coherencia.
Y la bomba que pusieron en marcha les ha explotado en la cara. Plantean un segundo referéndum para que les volvamos a decir que no es suficiente lo que nos propone la empresa, que el problema fundamental que tenemos es que valoran en 8.000 euros a una persona que, en realidad cobra 1.000, y que así no hay forma de competir con las empresas del sector que explotan a sus empleados, y que ya se lo habíamos dicho hace tres semanas.
¿Lo querían más claro?: NO NOS SENTAMOS HASTA QUE EL TEMA PRINCIPAL DE NEGOCIACIÓN SEAN UNAS TASAS QUE SE PARECEN TANTO A LA VERDAD COMO YO A NAOMI CAMPBELL.
¿Ya? ¿O hacemos otro referéndum hasta que salga lo que ustedes quieran, señores míos?