viernes, 30 de abril de 2010

CARTA ABIERTA A MI LEÓN













Querido León Rojo:
No sé en qué idioma quieres que te diga que nuestra relación terminará cuando yo lo decida. Deja ya de darme la lata: que si la cadena de distribución, que si el motor de arranque, que si el elevalunas, que si... ¡cojones! ¡Que llevo dos huelgas en 5 semanas y esto no hay quien lo aguante! Si he tardado 5 años en pagarte, espero que me des, por lo menos, otros 5 sin rechistar. Y tampoco es que te dé tanta tralla, que vamos, digo yo que porque me lleves un par de veces al año a la playa, y recojas conmigo a mi hija en su periplo de zingarilla, no es que te esté explotando mucho.
Además, te llevo a tus revisiones religiosamente, pasas la ITV cum laude, te cambio las ruedas aunque no me lo pidas... ¡Ya vale, demonios, que todos los tíos sois iguales!
¿Sabes lo que te digo? Que la luna delantera no te la cambio hasta que el pelo la atraviese entera.
Saludos cordiales.

P.D.: Espero que esta noche me lleves sin problemas a la cena, porque llevo el postre.

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