viernes, 9 de julio de 2010

ADORO A EWAN MCGREGOR












Yo antes apenas reparaba en la existencia de Ewan McGregor obnubilada como estaba por George Clooney, como todos sabéis a estas alturas. Por eso, y porque le faltaban dos hervores. Pero ahora es un hombre hecho y derecho y se ha terminado de cocer como actor. En Los hombres que miraban fijamente a las cabras, ya apuntaba maneras. Por no hablar de cómo canta en Moulin Rouge, aunque ahí teníamos que aguantar a la mohína de la Kidman, que en aquél momento empezaba a experimentar con el bótox, y ahora está que te pone la misma cara echando un polvo que asistiendo compungida a un funeral.
Ayer vi The Ghost Writer, que aquí han traducido como El Escritor, aunque debería llamarse El Negro, no el negro de Mandela, sino el de Ana Rosa Quintana, y McGregor está para comérselo y luego llevarle al "Hall of fame de las grandes estrellas clásicas de todos los tiempos". La película recuerda al mejor Hitchcock en todo su esplendor (yo es que soy muy fan de Hitchcok y sus castings), y me podía imaginar a Ewan perfectamente integrado en Con la muerte en los talones, o en Cortina rasgada, y a Cary Grant o Paul Newman en The Ghost Writer, con esa pintilla que los dos sabían tener de looser algo desaliñado que nunca pierde el estilo... Vamos, que he disfrutado como una enana y me hacía falta porque hace dos días lo pasé fatal en Mammoth o "Los ricos superpijosalgogrungies también lo pasan fatal", y no me salí porque va contra mis principios. Y mira que me gusta también Gael García Bernal, aunque sea para llevarlo colgado del bolso (pobre, le faltan dos palmos que si no sería una superstar). Pero no pasaba NADA, y, sobre todo, la forma en que no pasaba NADA era insoportable. Los dos pobres protagonistas se esforzaban un montón en sufrir continuamente intentando dar carne a dos personajes sin fuste. Menos mal que había una niña encantadora (Sophie Nywide) que iluminaba todos sus planos y a la que pienso seguir la pista.
Pero no quiero quedarme con el tremendo tostón del martes, prefiero recordar a McGregor, con su barbita de dos días y esos ojitos azules que serían capaces de conseguir que hiciera cualquier cosa. Incluso dieta.


3 comentarios:

  1. Vamos a ver, ya te he dicho que te contrato como crítica, dejas a Gasset casi al nivel de Igartirburu... (bueno, me he pasado porque ese hombre dijo la mejor frase que recuerdo en un programa: "en un festival en donde lo único bueno fue mi acompañante, quien, a pesar de no estar enamorada de mí accedió a venir conmigo"

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  2. "El Escritor" es una de esas películas que ya no se suelen hacer hoy día, y la historia me recordó mucho a los clásicos del cine (aunque tampoco quiero ir de culto, porque me queda muchísimo cine por ver). Y sí, debería llamarse "El Negro". Totally d'accord.

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