Dicho esto, por supuesto he visto varios partido de este mundial, los tres o cuatro últimos, y, desde la más absoluta ignorancia os digo que sólo me pareció interesante el de Alemania. Pero esta aversión al deporte rey no me ha impedido apreciar la ola de emoción que ha cubierto el país. Hay algo curioso que ocurre en los garitos donde quedan grupos de amigos a ver los partidos. Los desconocidos hablan y ríen, sufren y gritan, y si todo acaba bien, como esta vez, hasta se abrazan y se besan.
La final la vi con unas amigas, nada futboleras tampoco. Laura, con la que he visto varios, gritaba al tuntún ¡uy, uy! indiscriminadamente, ante la desesperación de los aficionados de verdad, y yo comentaba, sobre todo, el estilismo de los árbitros. ¿Por qué los árbitros sudamericanos se suben los pantalones hasta las axilas? ¿Temen que se les caiga el tremendo paquetón? También hablábamos de nuestro top ten de macizos (no creo que llegue a ten) y casi todas coincidimos en que Xabi Alonso es nuestro Míster Mundial. Por supuesto el momentazo de la final no fue el gol del pobre Iniesta (que disparó pensando en los penalties de después) sino el besazo que le arreó Casillas a su chica, con la satisfacción del deber cumplido... en ambos casos. Porque, no lo neguéis, todas hemos soñado alguna vez que algún tío haga algo así por nosotras. Los hombres no son muy dados a muestras espontáneas de efusión sentimental, y ver un tío hecho y derecho, que acaba de hacer feliz a decenas de millones de personas (que se dice pronto), a punto de llorar de emoción, besar a su novia, a la que todo el mundo ha puesto a parir sólo por ser su novia, es lo más sexy que he visto yo en mi vida.
En fin, y ahora... ¿qué nos queda? ¿Quién se va a tragar el coñazo del debate del Estado de la Nación?: "Hemos ganado el Mundial a pesar de usted, Sr. Zapatero" "Por mucho que les duela, el mundial se ha ganado bajo el gobierno socialista, Sr. Rajoy".
Señores míos, el mundial lo han ganado 23 jóvenes con las pelotas más grandes de Europa. Y, por si no se han dado cuenta, llevaban todos la misma camiseta, la de la Selección Española, fuera y dentro del campo. ¿Podrían hacer ustedes lo mismo? ¿Ponerse la misma camiseta y trabajar juntos para que salgamos de este atolladero en el que ustedes mismos nos han metido? ¡Hala, a currar, que ya va siendo hora!
Como siempre lo bordas, a mi si me gusta el fútbol (se que este comentario le va a chirriar a Raquel por sexista) gracias a mi hijo, aunque no creas que lo del fuera de juego lo tengo yo muy claro... pero desde luego en el resto coincidimos, tengo la camiseta de Xabi, sueño con el beso de Iker y Sara, pienso que nuestros politicos son unos impresentables y que España tiene unida tiene muchas posibilidades.
ResponderEliminarDesgraciadamente, esa brillante metáfora sobre trabajar en equipo y tener todos un fin común es demasiado complicada para mucha gente... Con lo fácil y duro a la vez que es esforzarse en común, y las alegrías que aporta...
ResponderEliminarToma ya! Muy bien dicho!! :)
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