jueves, 16 de septiembre de 2010

A 30














Parece ser que la Unión Europea no tiene mejores cosas que hacer que reducir el límite de velocidad en las ciudades a 30 km/h. Yo creo que deberían obligar a la gente a ir andando por Ley. Ahora mismo el límite es 50, yo suelo ir a 55 porque me resulta muy difícil mantenerme a 50 sin ordenador de abordo, y aún así, me pasa todo el mundo. A 50 km/h en un coche normalito como es mi Leoncito tienes la sensación de ir parado, no me quiero imaginar lo que siente alguien en un Porsche, después de haberse gastado una pasta gansa. ¿Cómo demonios nos las vamos a arreglar para ir a 30? Se supone que esto nos va a incitar a ir en bici... ¡Bien! Primero, tienes que tener una buenísima capacidad pulmonar para subir cuestas tragándote la porquería que sueltan los autobuses (que para combatir la polución, igual los Ayuntamientos podrían plantearse unas inspecciones técnicas serias de sus propios vehículos), luego debes poseer cierto sentido del equilibrio. Yo, por ejemplo, no monto en bici desde el pleistoceno, porque ya de pequeña se me daba fatal. Me daba miedo frenar y cuando veía un obstáculo en mi camino gritaba y gritaba cerrando los ojos hasta estampanarme en el árbol de turno.
Supongamos que nos ponemos todos en forma y conseguimos llegar en bici a nuestros puestos de trabajo. La sudada no nos la quita nadie, y , entonces, ¿qué hacemos? ¿Ponemos duchas obligatorias en todas las empresas, y taquillas para guardar la ropa? ¿O apestamos el ambiente en grupo? No quiero ni imaginarme el olor de algunos de mis compañeros si ya huelen como huelen viniendo en coche. ¿Seguro que el pésimo olor corporal no es igual de tóxico que el CO2 que expelen nuestros coches?
En fin, que en ciudades como Amsterdam, tan planitas y civilizadas igual pueden convencer a esa gente que va siempre fumada a ir en bici, porque las galletas en bici son menos peligrosas. Pero tal y como es Madrid, por ejemplo, llena de cuestas, cacas de perro, calles con empedrado y chorizos con y sin traje, cualquiera se atreve.
Igual deberían plantearse controlar el sistema financiero y procurar que no se vaya al carajo el estado de bienestar (o así) que es por el momento en el único en el que estamos preparados para vivir, y luego, si eso, hablamos de lo de la movilidad en las ciudades. ¿O no?

1 comentario:

  1. ¿Por qué la política tiene tanto sin sentido? ¿Por qué este absurdo? ¿Es tan difícil adaptarse a la realidad que nos rodea?

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