domingo, 30 de enero de 2011

EL MUERTO EN EL ENTIERRO






















No entiendo qué tipo de trastorno transitorio puede haber pasado por la cabeza del Presidente de la Academia, para montar el pollo que ha montado a diez minutos de la ceremonia de los Goya. ¡Con lo bien que iba todo, depués del bombazo del año pasado, consiguiendo que el otro Enfant Terrible del cine español volviera a casa por Navidad! Vamos, como que no tenían preparado ni el rótulo. Gracias a Quijano y su iPhone, conseguimos ver Pedro Almodóvar pasando en un crawl por debajo de la figura del manchego, aunque no creo que nadie necesitara el rótulo para saber quién hablaba en el atril, pero le dio un toque chic, y fue el momento más comentado en las siguientes semanas.
No sé qué les pasa a los tíos de más de 40 que se lían con jovencitas que creen que no merecen. Empiezan a hacer tonterías de todo tipo: adelgazan exageradamente, se compran coches absurdos en los que apenas caben, compran ropa en tiendas de quinceañeros... Como decía mi psicóloga, así hacen más evidente la edad que tienen.
No creo que el Sr. de la Iglesia necesitara más que sus 15 nominaciones para ser el gran protagonista de la noche de los Goya. Entonces, ¿por qué decide ser escrupulosamente consecuente, justo ahora? Hace nada llamaba de todo menos bonitos a los piratas, se reúne con ellos en plan superhéroe de cómic para arreglar él solito el problema, queda abducido y se enfada con su antigua presidenta por colar una ley que no gusta a sus nuevos amigos. ¡No entiendo nada!
Vayan por delante varias cosas:
No me gusta el cine español, sobre todo por sus actores. No me los creo, lo siento. Salvo a Tosar y dos más, no me creo a ninguno. Claro que yo soy una ignorante, y a nadie debe importar mi opinión.
Jamás he visto una película entera de Álex de la Iglesia. A pesar de mi apariencia, soy más blandita que un muffin y hace años que no voy al cine a sufrir. A mí no me divierten las escenas de violencia gratuita, ¡qué le vamos a hacer!
Nunca me he descargado nada ilegalmente. No tengo paciencia. Ni capacidad. Por no hablar de que no creo que haya muchas películas que merezcan ser descargadas. Así que a mí, personalmente, la Ley (o lo que sea) me la trae bastante floja, porque soy de los pocos gilipollas que aún compran cd's y dvd's.
Total, que creo que Álex ha mezclado churras con merinas, no ha estado a la altura de su cargo, como nos tenía acostumbrados hasta ahora, y tiene a toda la Academia temblando, esperando escuchar el discurso del 25 aniversario. La Gala tendrá un montón de audiencia, cosa que me alegra por mis niñas que estarán currando como negras, pero no será la fiesta del cine español. Será la Gala de Álex de la Iglesia. No la gala en que "Balada triste de trompeta" tuvo 15 nominaciones y se llevo... ¿chorrocientos Goyas?, sino la Gala en la que el Presidente de la Academia agarró un rebote del quince, amenazó con dimitir, no dimitió y... el desenlace, la madrugada del 14, Día de los Enamorados, ¡qué paradoja!

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