En fin, que entre que unos decimos muchas tonterías, y otros practicamos la traducción simultánea instantánea, esto es una jaula de grillos.
Acabo de ver '500 días juntos', y, formalmente, es curiosa, muy Sundance, muy poppy, muy indie, con una banda sonora estupenda. Pero... tiene truco. Se han intercambiado los papeles. El guión se ha escrito y luego él es ella y ella es él. Y, por mucho que Laura se empeñe, no hay tíos tan ñoños, no me parece posible. Y, si los hay, no nos gustan. Nosotras somos más de sufrir. De entrar en una habitación y ver cuál es el tío más inverosímil e ir a saco a por él. Y no importa cuántas hostias nos demos, no varía nuestro patrón de comportamiento.
Bueno, yo ya he pasado esa fase, afortunadamente. Yo no tengo edad ni ganas de sacar la caña. A mí tendría que atropellarme un tren para que yo volviera a enamorarme, porque cada vez que veo esas parejitas empalagosas que se llama "cari", "gordi" o "papá y mamá", me dan ganas de potar. Pero, bueno, pobres, tienen que pasar por todas las fases y averiguar por ellos mismos cómo acaba la historia.
Que no digo yo que no haya gente que se quiera mucho tiempo, pero, a la mayoría, les une el banco y la costumbre.
Vi "500 días juntos" hace justo un año en San Francisco (lo digo porque de aquella ni el tráiler se había visto en España) y me gustó por michas cosas que nombras, y porque me apetecía ver una historia así, que es como las demás, pero distinta en aprte. Sólo en parte, puesto que es una película.
ResponderEliminarPor lo demás, tienes mucha razón en cuanto al amor: acaba siendo una hipoteca, una costumbre adquirida y poco más.
Y no es que esté mal, todo lo contrario: es que es así. Y ya está.