Sábado 5 de junio de 2010.
Se ha ido a pasar un buen rato con su padre, y he podido descansar. Pero esperar que una cosa evolucione sola, sin poder hacer nada es, simplemente, desesperante.
¡Qué fácil es decir quédese quieta con el pie en alto! Como mínimo tengo que hacer pis y ducharme. Y hacer la comida. Por no hablar de poner lavadoras, que no pongo ni una desde el miércoles, y no sé si voy a tener que ir en bolas a la rehabilitación mañana. Y luego está lo del frío del demonio. Creo que mi frigorífico me está diciendo algo. Cada vez que meto la bolsa de frío en el congelador salta la alarma porque baja 3 grados. ¡Madre mía la que se me viene encima!
Y voy a dejar ya de lloriquear. Tengo mucha gente pendiente. Por teléfono. Por mail. Por Facebook. Gracias a todos. Sólo tengo que ser capaz de congelarme, un microsegundo, detener todo alrededor y buscar la esencia. Y cuando lo consiga escribiré un libro de autoayuda: "Congela el tiempo, mírate por dentro"... o así.
Casi estás a punto de que acabe tu calvario, y alguna conclusión positiva seguro que has sacado, mejor en casa que haciendo la cola de la noria de Rock in Río, jajajaja...
ResponderEliminarPues me gusta como título para el libro. Es que yo soy muy de querer hacer cosas desde dentro, pero luego no me pongo o me cuesta horrores. No sé si ibas por ahí...
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