miércoles, 9 de febrero de 2011

PRINCIPIOS













Cuando conocí a David Arribas era cámara. Era muy bueno y estaba como un queso de bola. Estoy hablando del pleistoceno. Yo era regidora y nos cruzábamos continuamente por el plató en un baile desenfrenado. Quien haya hecho directos de más de dos horas en los que no se ven las cámaras, los travellings, las maquilladoras, el director... en un espacio reducido con varios sets, sabe de lo que estoy hablando. Al poco tiempo se pasó a iluminación y seguía siendo bueno. Era curioso ver el contraste de los superserio que era trabajando, con esa carilla de niño bueno, y lo gracioso que podía estar de copas, claro que el alcohol es lo que tiene.
Luego perdimos el contacto. Pero de vez en cuando, en las series más vistas de la televisión nacional, veía su nombre: director de fotografíaDAVID ARRIBAS. Y sentía el orgullo que sienten las madres cuando sus hijos destacan. ¡Mira el jodío niño lo que está haciendo! Porque estamos hablando de Periodistas, Un Paso Adelante, 7 vidas, Los Serrano, El síndrome de Ulises, El Internado, Águila Roja... Lo siento David, todavía no le he echado un ojo a El Barco. Todo series importantes, pero entre ellas dos trabajos muy serios. El Internado y Águila Roja tienen una factura que desmiente por fin esa tontería que circula por el mundo: la tele es un quiero y no puedo frente al cine. ¡Ja! Que venga cualquier director de fotografía de cine y se ponga a iluminar para varias cámaras a la vez, con el tiempo justo porque hay que acabar el capítulo para anteayer.
En fin, que ayer David estaba muy enfadado, porque a parte de ser un director de fotografía cojonudo es empresario y la cosa está fatal. Hemos llegado al punto en el que todo vale, da lo mismo un plano bien iluminado que mal (una vez un productor ejecutivo me preguntó: ¿podemos grabar a Juanes aunque esté mal iluminado? y le contesté: Y sin cámaras, lo podemos grabar sin cámaras... luego me quedé pensando y decidí no tentar a la suerte: ¿qué me estás preguntando exactamente?), da igual el contenido, el continente... Nadie se toma en serio la cultura audiovisual, se supone que eso es sólo una pequeña parcelita instalada en audiencias residuales de la 2, reino del frikismo cultureta. Utilizamos imágenes de You Tube, con la misma alegría que usamos aceite de oliva en la cocina.
Pues, señores, no da igual. No da los mismos planos un niño que está aprendiendo y cobra 25 pavos al día, que un señor que lleva toda la vida, disfruta de su trabajo y sólo pide lo que nos ha costado muchos años conseguir. Claro, si estamos hablando de dar un plano corto de Belén Esteban y su carnicería estética, puede que incluso agradezcamos que el foco esté rozado, pero, párense a pensar: ¿es lícito que esta persona, cuyo título es haber parido el retoño de un torero iletrado cobre lo mismo que el equipo técnico al completo de su programa? Porque nos estamos moviendo en esos parámetros.
Ahora mismo vivimos instalados en el Grouchomarxismo: "Señores, estos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros", pero sin puta gracia. Y así nos luce el pelo.
Digan lo que digan, adoro Facebook. David, cariño, no te desinfles. Esto tiene que pasar y lo recordaremos como un mal sueño. Estoy segura. Por cierto, sigues estando como un queso.

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