Cati es una diosa. Por eso no me ha permitido que le haga fotos. Porque la acaban de operar, y en los hospitales públicos los pijamas son feísimos. Está jodida porque la operación ha sido muy muy gorda, y, como no era suficiente, ha surgido un pequeño problemilla dos días después de salir. Pero lo que realmente la tiene engangrenada es esa bata horrible de culo al aire, que te hace parecer paciente de psiquiatría, estés en el servicio que estés. Debajo de esa bata, ella lleva unas bragas maravillosas, porque Cati debe ser la única mujer en el mundo que no guarda esas bragas feas que deberíamos haber tirado, pero guardamos "por si acaso". También lleva una bata monísima, que le ha comprado Esperanza siguiendo sus instrucciones, y hemos decidido, que "Personal Shopper" es algo que le encantaría hacer como medio de vida.
Así que así nos ves, por el pasillo, con su bata y su gotero, arreglá, pero informal, paseíto va y paseíto viene, a paso de procesión... tal cual. Porque el gotero no rueda bien y el acompañante tiene que cargarlo en peso, acompañando a la diosa, y practicando para la Semana Santa de Lorca: ¡Vivan los radiólogos que se retrasan! ¡Vivan las enfermeras bordes! ¡Vivan las cuñas relucientes! ¡Ay señor!
Me voy a pintar un poco, a ver si encuentro un Psiquiatra macizo y así matamos dos pájaros de un tiro, como dice mi hermana Marisol.
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