Tener una casa muy lejos de tu ciudad es un peñazo. No la disfrutas mucho, la verdad. En realidad no es mía, es de mis padres, y tiene el aliciente de que allí están todos mis primos y tiene mar. Y, claro, el mar está donde está y si quieres peces te tienes que mojar el culo.
El caso es que cuando la casa te pilla lejos, no puedes ir para un fin de semana, porque te lo pasas limpiando, y para eso te quedas limpiando tu casa casa...
Para una semana, ya la cosa va cambiando, pero ése primer momento de abre la llave del agua, la luz y el butano... El butano me tiene amargada. Tarda una eternidad y media en llegar a la caldera y tienes que estar vigilando, porque imagínate que se te olvida y a mitad de la noche salta una chispa y sales volando por los aires. Así que, como mi retoño y yo somos más bien de biorritmo lento, salimos de Madrid tirando a tarde y llegamos a Águilas a las once y media de la noche. Ponte a hacer camas, encender, subir persianas... y las cocacolas que te tomas para conducir que te dan las tres de la mañana con los ojos como platos. Esto quiere decir que has perdido el siguiente día, porque te despiertas con la luz, que mezclada con el runrún de las olas, no siempre sale ganando. Len-ta-men-te vas consiguiendo pasar la aspiradora y la fregona. Los cristales, creo que van a aguantar hasta el verano, y la vajilla, según se vaya usando. Bueno, nena, en marcha, vamos a dar un paseo... Bueno, vale, primero una siesta.
¡Vaya vacaciones!
jajajajaj es verdad!!!!
ResponderEliminarque disfrutes de las vacaciones!! no hay redactores a la vista... al agua! :-O