¿Por qué una semana de vacaciones pasa 100 veces más rápido que una de trabajo? No lo sé, es un misterio, pero así es. Y también es cierto que después de una semana de tiempo cambiante con chaparrones intermitentes, el día que decides volver, sea cual sea, amanecerá con un sol radiante para que te dé una pena horrible dejar la playa. Pero, en fin, la vida sigue y hay que volver y poner lavadoras. ¿Cómo es posible que dos personas que van a pasar una semana en una casa equipada puedan llevar tantos bultos? No lo sé, es un misterio, pero así es.
¿Qué hemos aprendido de esta semana? Que Katia, después de investigar en Internet sobre las Vírgenes de los dos pasos, estableciendo una serie de parámetros como cara, corona y no sé qué más, ha decidido que es del Paso Azul, lo que supondrá un gran soponcio para su abuelo en cuanto se entere porque él ha sido siempre del Paso Blanco. Que las manifestaciones religiosas de estos días son más artísticas que religiosas y se trata más de un espectáculo visual que otra cosa. No dudo que haya gente que se dedique a recordar algo que suponen que ha pasado en sus iglesias, pero estoy segura que son los menos, los más van a ver y dejarse ver. Es una fiesta y punto. Pero, mira, si sirve para que gente que hace mucho que no se ve se reencuentre y tomen unas cervezas a la salud de "la más guapa", pues bienvenido sea.
Y por último, hemos confirmado que en Águilas sólo llueve cuando vamos nosotras. Como se enteren los agricultores nos contratan.
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